martes, 18 de febrero de 2014
ESTUVE CON DOS CHICOS A LA VEZ Y ME SALIÓ BIEN
Hola mi nombre es Isabel y mi historia comienza así. Llevo siete años con mi novio, casi once de conocerlo. Él siempre ha sido de carácter fuerte y sobre todo impulsivo. Cuando iniciamos nuestra relación éramos unos chavitos de 15 años, llegó a tratarme muy mal. Ciegamente seguí con él ya que yo siempre fui demasiado introvertida, por lo que lo aguante mucho tiempo. Además, los celos eran la principal causa de pelea, al igual que prepotencia y sus arrebatos de posesión de mi persona. Me cegué tanto de esta relación enfermiza que cuando me di cuenta de lo mal que estábamos le pedía que termináramos a lo que él respondía con intentos de suicidio, por lo que nunca llegue a terminar con él en esos momentos. Era muy tonta y me guardaba todo, me prohibía tener amigos y muchas cosas más.
El tiempo siguió pasando, las cosa seguían igual, no podía hablar con casi nadie porque ya me estaba acusando de ponerle el cuerno. Yo siempre le fui fiel hasta hace casi dos años. Todo surgió sin que yo lo hubiera deseado cuando entre a la uni. En el segundo año conocí a un chavo por medio de unas amigas que conocí en primero. Ellas estaban en otro grupo, al igual que el chavo. Nos juntábamos mucho. Él, al igual que yo, es algo serio pero en confianza es diferente. Nos empezamos a llevar muy bien y descubrimos que teníamos casi la mitad de la vida en común. Todo empezó como un juego de que mis amigas y yo éramos sus novias, ya que él nunca había tenido una, pero por lo mismo que nos llevábamos tan bien, pasábamos más tiempo juntos hasta que un día saliendo de broma me besó sin nada que decir, ni aclararlo. Todo fue surgiendo. Él conocía mi situación con mi novio, hasta que un día de plano le dije que me gustaba y que quería con él y él me dijo lo mismo y que tanto le gustaba y que le volvía loco, que no importaba ser el otro.
Empecé a andar con él a escondidas, pasó medio año así y en ese mismo tiempo mi novio empezó a recapacitar y a dejarme de atormentar tanto. Empezó a ser cariñoso y no ser tan agresivo. Ya podíamos hablar un poco las cosas. A pesar de todo, le tengo un cariño tremendo así que decidí dejar al chavo con el que me estaba viendo. Estuvimos tranquilos seis meses hasta que tuvimos una bronca muy fuerte por sus mismos celos.
Otra vez, por azar del destino, me encontré con el otro chavo. No había sabido de él en ese medio año. Hasta cuando regresamos a clases coincidimos en las materias. Todo volvió a encauzarse, sentía un gran sentimiento por él, tenía deseo de estar con él porque él era un chavo muy lindo que daba cualquier cosa por mí y me escuchaba y yo a él, tanto que había tenido la decisión de terminar con mi novio, pero no sabía cómo hacerlo ya que por que todavía sentía la presión de que reaccionara de manera brusca y me hiciera daño. Así que mantuve en secreto ahora la relación con mi novio y empecé a andar con el otro chavo como si fuera mi novio formal. Sigo sin entenderme cómo fue que tendí a hacer esta barbaridad de ponerle el cuerno a los dos, ya que le mentí también a este chavo que iba a terminar con mi novio.
Pasó un año mientras anduve con los dos. Yo sabía que un día tenía que terminar con alguno de los dos, si no es que con los dos porque no aguantaba la culpa, pero tampoco tuve el valor de afrontar las cosas.
Pero, como toda mentira, cayó un día. En el transcurso del año mi novio (el de mucho tiempo) siguió cambiando, mejorando como persona, tanto que me sentí muy feliz pero a la vez me embargaba la amargura y el rencor por todo lo que me hizo y las cosas que le pedía y que de la nada empezara a cambiar. En fin, me sentía a la vez muy feliz por ello a lo que empecé a sentir la culpa, porque también el chavo me brindó su apoyo en todo lo que podía, se preocupaba por mi día y noche.
Me sentía incomoda con los dos, así que opte por dejar poco a poco de contactar al chavo de la escuela. Había días que yo no le quería hablar por esa misma culpa, no quería aceptar lo que él me daba porque no lo merecía y yo no le estaba correspondiendo como él quería, pero aun así él intentaba lo mejor.
Así que un día por sus preocupaciones y yo que no me comunicaba con él por días, se le ocurrió presentarse en mi casa (he de mencionar que él no sabía dónde vivía yo, porque mi novio vive también muy cerca) y ese día yo iba llegando con mi novio de hace años. Él nos vio y sólo me llamó. Mi novio pregunto quién era y todo mi teatro se vino abajo. Tuve que decirle la verdad, él se acerco al chavo y empezaron a discutir primero se dieron cuenta que los dos habían sido engañados por mí, a lo que me pidieron que los dejara hablar a ellos a solas. Al rato me pidieron una explicación y, la verdad, no tuve la cara para decirles, porque ni yo sabía lo que me había pasado, sólo que me sentía muy culpable.
En fin, a mi novio le rompí la poca confianza que me tenía y el cariño. Y el chavo igual con él tenía más confianza y también le tengo mucho aprecio. Después de ese momento el chavo decidió retirarse y me quede hablando con mi novio que para ese momento no supe qué decirle, más que en que me iba a dejar. Estuvimos hablándolo y él decidió darme otra oportunidad. Yo descubrí que lo quiero demasiado porque los últimos meses, cuando lo veía, me ponía demasiado feliz, me saltaba el corazón, y el chavo también me ponía feliz, pero de otra manera, como más como el amigo que siempre había querido (aunque suene feo).
El chavo se contactó conmigo porque él quería dejar las cosas en claro y qué iba a pasar cuando nos viéramos en la escuela. Así que estuvimos hablando y él también me perdono y me dio otra oportunidad, pero -obvio- no como pareja, sino como amigos (no pudo negar que si seguirá clavadísimo conmigo, pero que ya nada podría pasar por respeto para él).
A pesar de todo, el tomó la decisión de nunca dejarme y seguir en la buenas, en las malas conmigo como mi mejor amigo, ya que él también me tomo mucho cariño y lo hace por el respeto al gran amor que me tuvo y que lo hice muy feliz cuando estuve con él. Me dijo que si mi novio me había perdonado tan rápido es porque me amaba inmensamente o que él también me llegó a poner el cuerno y siente un equilibrio.
De cualquier manera, me di cuenta que perdí lo que pudo ser un gran amor si en realidad hubiera hecho las cosas bien, pero me gané un gran amigo. A mi novio ahora deposita en mí confianza ciegamente, lo que antes nunca pasó, y es más atento y lindo.
Yo, después de tres semanas de que ocurrió todo esto, no lo lograba asimilar y no me sentía merecedora de ninguno de los dos ni como pareja, ni amigo, pero ahora ellos me siguen brindando su entero apoyo más que siempre y siento la necesidad de no defraudarlos.
Pero ahora me topé con un problema más, que mi novio no quiere que le vuelva hablar o ver porque se siente inseguro que ocurra de nuevo y el otro chavo siente un gran cariño de amistad y que no quiere dejar contacto conmigo.
No sé si esté bien todo esto, no puedo mentirle a mi novio más, ni a él. Sé qué no tengo ahora el valor de volver a cometer un error como este que a mí me fue bien, pero pudo haber sido un final trágico.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario