ME DUELE QUE NO SIENTA LO MISMO QUE YO
Jamás hubiera pensado que me enamoraría tanto de una persona. Así fue cuando sentí un verdadero amor.
Un 24 de febrero caminaba por la calle. Cuando miré hacia la izquierda, note a una persona, la miré a los ojos y me sonrió. Sentí algo inmenso, porque en sus ojos ví lo que en verdad era amor. No creía en el amor a primera vista, pero ese día quedé completamente convencido de que en realidad existe.
Seguí caminando y note que me seguían, me detuve y me dijo “Hola”. Sentí algo maravilloso, algo inexplicable. Le respondí, no dejaba de mirarlo, me quedé totalmente perdido en él, miraba sus labios, sus ojos, todo su rostro. Charlamos un rato, me invitó a su casa pero no acepté. Tenía mucho miedo a pesar de que me había fascinado. Jamás había visto a una persona más tierna y con tanta seguridad. En ese momento no sabía que hacer, pero cometí la mayor estupidez de no aceptar su invitación. Antes de irse me dió su número de celular, por si cambiaba de opinión. Fui un estúpido, me arrepiento por ese día. Quería estar con él, pero se fue.
Días después me dio su e-mail y empezamos a conocernos. Cada día que pasaba me enamoraba más y más de él, y siempre deseaba volver a verlo.
Un día, charlando por Messenger, me invitó a su casa. Yo, desconfiado como siempre, con miedo, sin embargo acepté. El gran día fue un lunes. Al llegar la hora, salí del colegio y con miedo, me dirigí a su casa. Llegué y empezamos a charlar, no pasó nada. Él sí quería, pero yo no. Muy dentro de mi me decía que sí, pero a pesar de ello, me resistí.
Todo esto duró unos cuatro meses, lo veía una vez a la semana, charlábamos a diario por Messenger y cada día que pasaba me enamoraba más de él.
Un día, con el pretexto de llevarle un obsequio que le había traído de mis vacaciones, le pedí verlo y me dijo que sí. Llegó la hora un 3 de mayo del 2011. Fue el mejor día de mi vida, y así fue como sucedió: llegué, estaba hablando por teléfono, se desocupó y empezamos a charlar. Poco a poco se fue acercando a mi con mucha seguridad, me empezó a acariciar. Le pedí por favor que no lo hiciera, a pesar de que sí lo deseaba y sólo tenía miedo. Me dijo “mírame a los ojos y dime que no quieres”. Lo miré, lo abracé y lo besé. Estuvimos juntos, fue algo sorprendente, algo inimaginable. No quería que terminara, pero terminó. Le dí su regalo y me marché. Me retiré con una gran alegría, y quedamos en charlar esa misma noche.
Esa noche le pregunté “¿te gustó?” y me contestó que se sentía mal por lo que había pasado. Yo, sin nada que decir, le pregunté el por qué. Dijo no saberlo y ya no quiso hablar más del tema. Eso fue un golpe para mí, ya que sólo me ofrecía su amistad. Me sentí fatal, lo amaba, lo amo. Acepté, pero le dije que yo sentía algo inmenso por él, que jamás perdería la esperanza aunque sabía que él amaba a otro.
Me duele que él no sienta lo mismo que yo siento por él. Lo amo porque desde un principio el fue sincero conmigo, pero después de todo este tiempo de conocerlo he aprendido que es un amor imposible, jamás será para mí.
No sé si seguir luchando por él o darme por vencido. Es una decisión muy difícil y sólo lo decidiré el día que lo mire nuevamente y le pregunte si es verdad que no me quiere, como él lo hizo conmigo. Lo miraré a los ojos y le preguntaré si no quiere, y si dijera que no, me iría derrotado. Aunque con un bello recuerdo.
Te amo Enrique.
La historia es bastante adolescentemente cursi. Además, parece que el miedo pudo más que el enamoramiento…
miércoles, 19 de febrero de 2014
SÓLO QUERÍA QUE SIGUIÉRAMOS SIENDO LOS MEJORES AMIGOS
SÓLO QUERÍA QUE SIGUIÉRAMOS SIENDO LOS MEJORES AMIGOS
Últimos meses de colegio del año 2010, me senté con un chico con quien no hablaba mucho, pero me hacía reír bastante. Se convirtió en un amigo muy importante para mí, pero en un momento me di cuenta que en realidad yo gustaba de él. Llegaron las vacaciones y todo “paso”. Volvimos al colegio (año 2011) y hablábamos como mejores amigos, era mi chico perfecto, lo seguía amando pero no le decía nada y sabía disimular bien. El no se llevaba bien con mis amigas, era un poco antisocial. Nunca se había enamorado y novia ni le interesaba tener.
Pasamos de año, ya el 2012, me senté con él los primeros dos meses, en donde me di cuenta cuanto lo amaba. Una vez, salimos a una fiesta entre amigos, y cuando llegue él, Daniel, me quedo mirando y le murmuro algo a otro amigo, quien dijo en voz alta lo que le había dicho: “Carolina esta re linda, me gusta”. Hice como si nada, pero esa noche no paso nada. Desde esa noche mis mejores amigos se empezaron a enterar que me gustaba.
Pero llego un momento en que no soporte más. Él se empezó a juntar con mis amigas, ellas lo abrazaban (a él no le gustan los abrazos, nada cursi). Hasta tenía una novia falsa. No me molestaba eso, sino que me dejo de hablar a mí y cuando me hablaba era para criticar que yo lo ignoraba. Nos juntamos un día el curso entero, no soporte mas, me enoje y llore como estúpida, no sabía qué hacer.
Daniel sabía que yo estaba mal por él, pero no sabía porque. Por tres meses me intente alejar de él, quería superarlo, pero a cada rato me preguntaba ¿Porque lo odiaba? ¿Porque lo ignoraba? Me decía que le vuelva a hablar pero yo no podía. Mis amigas dejaron de hablarle, no sé porque pero ya no lo bancaban. Después de las vacaciones de invierno, lo supere. Volvimos a hablar, pero yo no podía parar de sonreír enfrente de él. ¡Eso me molesta a mí! Sabía que si le decía lo que sentía por él y la razón por la cual lo ignoraba, íbamos a volver a ser esos amigos que éramos antes, eso era lo que quería. Le dije, me sentí la chica mas boba del mundo, ni siquiera me salian las palabras.
Ahora yo lo sigo amando, pero sinceramente, no me veía saliendo con Daniel. Me pidió perdón por no poder hacer nada al respecto, pero yo no quería que el haga algo, solo quería seguir siendo esos mejores amigos. Sigo sintiendo dificultad al hablar con él, pero me ayuda en el tema.
Gracias por darme este pequeño espacio.
Últimos meses de colegio del año 2010, me senté con un chico con quien no hablaba mucho, pero me hacía reír bastante. Se convirtió en un amigo muy importante para mí, pero en un momento me di cuenta que en realidad yo gustaba de él. Llegaron las vacaciones y todo “paso”. Volvimos al colegio (año 2011) y hablábamos como mejores amigos, era mi chico perfecto, lo seguía amando pero no le decía nada y sabía disimular bien. El no se llevaba bien con mis amigas, era un poco antisocial. Nunca se había enamorado y novia ni le interesaba tener.
Pasamos de año, ya el 2012, me senté con él los primeros dos meses, en donde me di cuenta cuanto lo amaba. Una vez, salimos a una fiesta entre amigos, y cuando llegue él, Daniel, me quedo mirando y le murmuro algo a otro amigo, quien dijo en voz alta lo que le había dicho: “Carolina esta re linda, me gusta”. Hice como si nada, pero esa noche no paso nada. Desde esa noche mis mejores amigos se empezaron a enterar que me gustaba.
Pero llego un momento en que no soporte más. Él se empezó a juntar con mis amigas, ellas lo abrazaban (a él no le gustan los abrazos, nada cursi). Hasta tenía una novia falsa. No me molestaba eso, sino que me dejo de hablar a mí y cuando me hablaba era para criticar que yo lo ignoraba. Nos juntamos un día el curso entero, no soporte mas, me enoje y llore como estúpida, no sabía qué hacer.
Daniel sabía que yo estaba mal por él, pero no sabía porque. Por tres meses me intente alejar de él, quería superarlo, pero a cada rato me preguntaba ¿Porque lo odiaba? ¿Porque lo ignoraba? Me decía que le vuelva a hablar pero yo no podía. Mis amigas dejaron de hablarle, no sé porque pero ya no lo bancaban. Después de las vacaciones de invierno, lo supere. Volvimos a hablar, pero yo no podía parar de sonreír enfrente de él. ¡Eso me molesta a mí! Sabía que si le decía lo que sentía por él y la razón por la cual lo ignoraba, íbamos a volver a ser esos amigos que éramos antes, eso era lo que quería. Le dije, me sentí la chica mas boba del mundo, ni siquiera me salian las palabras.
Ahora yo lo sigo amando, pero sinceramente, no me veía saliendo con Daniel. Me pidió perdón por no poder hacer nada al respecto, pero yo no quería que el haga algo, solo quería seguir siendo esos mejores amigos. Sigo sintiendo dificultad al hablar con él, pero me ayuda en el tema.
Gracias por darme este pequeño espacio.
HAY AMORES QUE DEJAN HUELLA
HAY AMORES QUE DEJAN HUELLA
Las luces, la música, la gente, todo giraba a mi alrededor hasta que le vi, hasta que su mirada se cruzó con la mía, en aquel momento lo supe, y todo a mi alrededor dejó de existir, solo estábamos él y yo.
Cada fin de semana quedábamos en la misma discoteca, cada fin de semana me perdía en la intensidad de su mirada pero por unas cosas o por otras, ninguno de los dos nos lanzamos. El día que le abrí mi corazón, que me decidí a decirle lo que sentía, me partió en dos confesándome que había conocido a otra.
Su mejor amigo fue mi mayor consuelo, mi paño de lagrimas, el encargado de robarme las sonrisa que ya no tenía, yo sabía que le gustaba pero yo no podía dejar de pensar en él… aun así… poco a poco me fue ganando, me fue conquistando. Terminé saliendo con el mejor amigo del chico del que estaba, estoy y estaré toda la vida enamorada.
Como amigo, era el mejor del mundo, pero como pareja discutíamos todos los días. Él estaba celoso pensando en que yo seguía enamorada de “él”. No se confundía, pero eso era algo que él ya sabía, nunca se lo oculté y sabe dios lo que me dolía quedar en parejas y tener que aguantar como besaba a otra, como aquella chica robaba esos besos que debían ser míos.
A los tres meses rompimos y decidí no mantener contacto con ninguno de los dos. Sacarlos de mi vida, olvidar a mi ex y al chico del que seguía profundamente enamorada.
En ocho años la vida te lleva por muchos caminos. Yo conocí a mas chicos, tienes mas desengaños, aprendes de las caídas, pero jamás logre olvidarle, cada noche seguía pensando en su mirada. Una mirada que busqué y que no volví a encontrar frente a frente. Comencé a salir con un chico, y poco a poco consiguió que mis recuerdos se quedasen guardados en un baúl.
Con nuestros mas y nuestros menos, típicas peleas de pareja, nuestra relación se fue forjando. mi familia le adoraba y la suya me quería como una hija. Creía que realmente le había olvidado, estaba segura, casi convencida.
Pero una vez que estas en lo mas alto, comienzas a descender, así como nuestra relación se fue estancando más y más. La rutina hizo mella en nuestra relación y gracias a una red social volví a encontrarle, volví a hablar con el, del presente, del futuro, y del pasado… de un pasado que ninguno de los dos logró olvidar nunca, de un pasado que poco a poco se fue convirtiendo en un presente.
Los sentimientos salieron de ese baúl. Decidimos quedar, como amigos, para vernos, para tomar algo, pero aquella mirada me volvió a cautivar, volví a sentirme como cuando tenía 16 años. Me di cuenta de que nunca le había le había olvidado y, allí, en su casa, ocho años después, por fin, llego aquel beso que tanto había ansiado. Y, de repente, todo se paró. Sólo estábamos el y yo. No había nada mas, no había nadie mas, nos miramos, nos besamos, nos amamos…
Pero la realidad es cruel y yo tenía novio. Aunque mi relación estaba rota, me sentí sucia por lo que había hecho, por haber traicionado a mi novio. Pero decidí que quería intentarlo y nuevamente, por unas cosas u otras, el destino te vuelve a llevar por caminos que no tenías en mente. A el le salió trabajo en otra ciudad y se fue. Yo volví a enderezar mi relación, volví a arrancarme aquellos sentimientos para volverlos a esconder dentro de ese baúl. No podía dejarle, porque en el fondo le quiero y porque aunque esté enamorada de otro, no sé, y nunca llegaré a saber si realmente es un sentimiento mutuo o solo existe por mi parte, tal vez donde yo sentí un “te quiero”, realmente solo existió un “quiero pasar un buen rato contigo”.
Una vez me contaron que el secreto mejor guardado es aquel que no se comparte con nadie. Yo guardé mi secreto bajo llave durante 3 años, pero el no, se lo contó a su mejor amigo. Hace poco, hablando con mi amigo, me confesó que lo sabía todo.
Lo que no sabe, es que hemos vuelto a hablar, que ahora que vuelve a vivir aquí y aunque el también tiene a su novia de toda la vida, ambos seguimos teniendo un sentimiento, que por mas que lo queramos encerrar en un baúl, el siempre lucha por salir.
No he podido olvidar la noche que fui suya, ni creo que pueda olvidarla nunca.
Podemos hablar por Internet como amigos, pero creo que jamás podremos ser amigos, porque sé que -por mucho que los dos queremos a nuestras parejas- el día que nuestras miradas se vuelvan a cruzar, ese día, todo dejará de existir y volveremos a estar solos, el y yo.
Porque hay miradas, hay momentos, hay amores que dejan huella.
Las luces, la música, la gente, todo giraba a mi alrededor hasta que le vi, hasta que su mirada se cruzó con la mía, en aquel momento lo supe, y todo a mi alrededor dejó de existir, solo estábamos él y yo.
Cada fin de semana quedábamos en la misma discoteca, cada fin de semana me perdía en la intensidad de su mirada pero por unas cosas o por otras, ninguno de los dos nos lanzamos. El día que le abrí mi corazón, que me decidí a decirle lo que sentía, me partió en dos confesándome que había conocido a otra.
Su mejor amigo fue mi mayor consuelo, mi paño de lagrimas, el encargado de robarme las sonrisa que ya no tenía, yo sabía que le gustaba pero yo no podía dejar de pensar en él… aun así… poco a poco me fue ganando, me fue conquistando. Terminé saliendo con el mejor amigo del chico del que estaba, estoy y estaré toda la vida enamorada.
Como amigo, era el mejor del mundo, pero como pareja discutíamos todos los días. Él estaba celoso pensando en que yo seguía enamorada de “él”. No se confundía, pero eso era algo que él ya sabía, nunca se lo oculté y sabe dios lo que me dolía quedar en parejas y tener que aguantar como besaba a otra, como aquella chica robaba esos besos que debían ser míos.
A los tres meses rompimos y decidí no mantener contacto con ninguno de los dos. Sacarlos de mi vida, olvidar a mi ex y al chico del que seguía profundamente enamorada.
En ocho años la vida te lleva por muchos caminos. Yo conocí a mas chicos, tienes mas desengaños, aprendes de las caídas, pero jamás logre olvidarle, cada noche seguía pensando en su mirada. Una mirada que busqué y que no volví a encontrar frente a frente. Comencé a salir con un chico, y poco a poco consiguió que mis recuerdos se quedasen guardados en un baúl.
Con nuestros mas y nuestros menos, típicas peleas de pareja, nuestra relación se fue forjando. mi familia le adoraba y la suya me quería como una hija. Creía que realmente le había olvidado, estaba segura, casi convencida.
Pero una vez que estas en lo mas alto, comienzas a descender, así como nuestra relación se fue estancando más y más. La rutina hizo mella en nuestra relación y gracias a una red social volví a encontrarle, volví a hablar con el, del presente, del futuro, y del pasado… de un pasado que ninguno de los dos logró olvidar nunca, de un pasado que poco a poco se fue convirtiendo en un presente.
Los sentimientos salieron de ese baúl. Decidimos quedar, como amigos, para vernos, para tomar algo, pero aquella mirada me volvió a cautivar, volví a sentirme como cuando tenía 16 años. Me di cuenta de que nunca le había le había olvidado y, allí, en su casa, ocho años después, por fin, llego aquel beso que tanto había ansiado. Y, de repente, todo se paró. Sólo estábamos el y yo. No había nada mas, no había nadie mas, nos miramos, nos besamos, nos amamos…
Pero la realidad es cruel y yo tenía novio. Aunque mi relación estaba rota, me sentí sucia por lo que había hecho, por haber traicionado a mi novio. Pero decidí que quería intentarlo y nuevamente, por unas cosas u otras, el destino te vuelve a llevar por caminos que no tenías en mente. A el le salió trabajo en otra ciudad y se fue. Yo volví a enderezar mi relación, volví a arrancarme aquellos sentimientos para volverlos a esconder dentro de ese baúl. No podía dejarle, porque en el fondo le quiero y porque aunque esté enamorada de otro, no sé, y nunca llegaré a saber si realmente es un sentimiento mutuo o solo existe por mi parte, tal vez donde yo sentí un “te quiero”, realmente solo existió un “quiero pasar un buen rato contigo”.
Una vez me contaron que el secreto mejor guardado es aquel que no se comparte con nadie. Yo guardé mi secreto bajo llave durante 3 años, pero el no, se lo contó a su mejor amigo. Hace poco, hablando con mi amigo, me confesó que lo sabía todo.
Lo que no sabe, es que hemos vuelto a hablar, que ahora que vuelve a vivir aquí y aunque el también tiene a su novia de toda la vida, ambos seguimos teniendo un sentimiento, que por mas que lo queramos encerrar en un baúl, el siempre lucha por salir.
No he podido olvidar la noche que fui suya, ni creo que pueda olvidarla nunca.
Podemos hablar por Internet como amigos, pero creo que jamás podremos ser amigos, porque sé que -por mucho que los dos queremos a nuestras parejas- el día que nuestras miradas se vuelvan a cruzar, ese día, todo dejará de existir y volveremos a estar solos, el y yo.
Porque hay miradas, hay momentos, hay amores que dejan huella.
UNA ADOLESCENTE SE ENAMORÓ DE MÍ
UNA ADOLESCENTE SE ENAMORÓ DE MÍ
Soy un hombre de 61 años y siempre creí que las cosas deben seguir entre lo racional, lo lógico, lo legal, etcétera. Pero no siempre es así; la vida tiene muchas sorpresas y cada vez tenemos que toparnos con ellas.
He estado leyendo todas esas historias de amor muy bonitas, pero llenas de dudas y sufrimientos especialmente para las damitas ya que ellas lo entregan todo y casi por nada y, es más, a veces reciben mal tratos emocionales y hasta físicos.
Yo también tengo mi historia de amor increíble, pero cierta. Trabajaba de guía espiritual en una Iglesia y allí comenzó a concurrir una familia con la cual hicimos muy buena amistad. Entre ellas había una chica de 16 años muy linda, sencilla, afectiva y todo lo demás, nos hicimos muy buenos amigos. En el siguiente año, note que ella era muy afectiva y me visitaba demasiado, me llamaba, me buscaba, me hacia travesuras, me pedía favores. etc. Los mensajes que me enviaba siempre me decía que me quería muchísimo.
Un día que me armé de valor le pregunte: Que buscas en mi: un papá, un amigo, un abuelo o un hombre. ella me respondió: “un hombre”. Yo me quedé pensando en darle una buena respuesta a fin de no cortarla en su sentimiento, ya que ella estaba enamorada. Sólo atiné decirle que piense en lo que ha dicho, a lo cual me respondió que precisamente eso es lo que había hecho.
Pasaron los días. Ella continuó con mas fuerza su apego a mí, yo traté de ignorar todo este suceso, pero debo reconocer que ella me encantaba y estaba muy feliz de su compañía. Sentía algo en mi corazón, la veía toda una mujer, pues ya tenía 17 años. Con mi mente en dudas y mi corazón latiendo fuertemente por ella, seguí adelante un esta aventura. Ella se ponía muy celosa de todos y me causaba ciertos malestares y así estuvimos por algunos meses. Yo continuaba tratando de convencerla que lo nuestro es imposible, aunque real. Hemos llegado hasta los besos y nada mas y, contra todo el dolor del corazón, nos tuvimos que separar, ya que su familia se enteraron y le causaron serios problemas y pese a todo nos seguimos amando hasta que se nos pase esa fuerza del sentimiento.
Ya vamos a cumplir el año que no nos vemos, pues lo he evitado para no vernos ni contactarnos por esta medio.
Mujeres, por favor, luchen contra ustedes mismas. Hombres somos muchos, pero valerosos hay pocos. Usen el sentido común y, para los varones, dejemos a un lado el egoísmo y pensemos en los demás.
Suerte.
Soy un hombre de 61 años y siempre creí que las cosas deben seguir entre lo racional, lo lógico, lo legal, etcétera. Pero no siempre es así; la vida tiene muchas sorpresas y cada vez tenemos que toparnos con ellas.
He estado leyendo todas esas historias de amor muy bonitas, pero llenas de dudas y sufrimientos especialmente para las damitas ya que ellas lo entregan todo y casi por nada y, es más, a veces reciben mal tratos emocionales y hasta físicos.
Yo también tengo mi historia de amor increíble, pero cierta. Trabajaba de guía espiritual en una Iglesia y allí comenzó a concurrir una familia con la cual hicimos muy buena amistad. Entre ellas había una chica de 16 años muy linda, sencilla, afectiva y todo lo demás, nos hicimos muy buenos amigos. En el siguiente año, note que ella era muy afectiva y me visitaba demasiado, me llamaba, me buscaba, me hacia travesuras, me pedía favores. etc. Los mensajes que me enviaba siempre me decía que me quería muchísimo.
Un día que me armé de valor le pregunte: Que buscas en mi: un papá, un amigo, un abuelo o un hombre. ella me respondió: “un hombre”. Yo me quedé pensando en darle una buena respuesta a fin de no cortarla en su sentimiento, ya que ella estaba enamorada. Sólo atiné decirle que piense en lo que ha dicho, a lo cual me respondió que precisamente eso es lo que había hecho.
Pasaron los días. Ella continuó con mas fuerza su apego a mí, yo traté de ignorar todo este suceso, pero debo reconocer que ella me encantaba y estaba muy feliz de su compañía. Sentía algo en mi corazón, la veía toda una mujer, pues ya tenía 17 años. Con mi mente en dudas y mi corazón latiendo fuertemente por ella, seguí adelante un esta aventura. Ella se ponía muy celosa de todos y me causaba ciertos malestares y así estuvimos por algunos meses. Yo continuaba tratando de convencerla que lo nuestro es imposible, aunque real. Hemos llegado hasta los besos y nada mas y, contra todo el dolor del corazón, nos tuvimos que separar, ya que su familia se enteraron y le causaron serios problemas y pese a todo nos seguimos amando hasta que se nos pase esa fuerza del sentimiento.
Ya vamos a cumplir el año que no nos vemos, pues lo he evitado para no vernos ni contactarnos por esta medio.
Mujeres, por favor, luchen contra ustedes mismas. Hombres somos muchos, pero valerosos hay pocos. Usen el sentido común y, para los varones, dejemos a un lado el egoísmo y pensemos en los demás.
Suerte.
TENGO A MI LADO AL HOMBRE QUE AMO
TENGO A MI LADO AL HOMBRE QUE AMO
Yo, la verdad, he tenido mucha suerte, debo reconocerlo. Les relataré mi historia que parece de novela de TV, pero es real.
Mi nombre es Camila y actualmente tengo 32 años. Cuando yo tenía 5 años mis padres se separaron y para mí fue muy triste, ya que yo era muy apegada a mi padre. cuando yo tenía 12 años, mi mama sostuvo una relación con un hombre y este caballero tenía una hermana, la cual tenía 2 hijos: Gustavo el mayor y Felipe el menor. Cuando conocí a Felipe me enamoré, fue amor a primera vista. Nos gustamos mutuamente, el era mayor que yo por 4 años.
Cuando Felipe termino el cuarto medio y ya había dado la prueba para entrar a la universidad, el quedo en medicina en la Universidad de Chile, en Santiago. Antes de irse me pidió pololeo, yo le dije que no por dos razones: la primera por que íbamos a estar en distintas ciudades y segundo porque no creo en el amor a distancia.
Él se fue y yo pase a primero medio, y al tiempo me entero que él estaba pololeando con una niña que tenía su misma edad, pero que también estaba en mi misma ciudad. Ni les cuento lo mal que me sentía. Pero soy muy orgullosa, como mi mama estaba pololeando con su tío, igual lo veía en reuniones familiares.
Empezaron a pasar los años y cuando yo iba en tercero medio mi mama término con su pololo y yo nunca más volví a ver a Felipe. Al año siguiente, cuando yo salí de la enseñanza media y celebré mi cumpleaños, mi papa y mi mama volvieron. Sé que es raro, pero así fue. Me matriculé en la universidad de Talca a estudiar ingeniería comercial.
Cuando termine mi carrera, el hermano de mi mamá me regalo un pasaje para irme a Brasil por 15 días ya que había terminado súper bien la universidad y mi tío se sentía súper orgulloso, les conté a mis compañeras y hicimos un grupo de 4 y nos fuimos a pasarla re bien , era un premio después de cinco años de mucho esfuerzo.
Ya en Brasil, el primer día nos fuimos a descansar a la playa y a tomar sol y en la noche nos fuimos a un pub a pasarlo bien. Al día siguiente, me levante temprano con una amiga y nos fuimos a la playa a tomar sol ya que la idea era llegar bien tostadas a Chile. Estando en la playa se nos acerco un niño pequeño como de unos 10 o 12 años y me entrego una rosa blanca, para mí fue bastante extraño pero, la verdad, no le tomamos mucha importancia.
A la hora de almuerzo comiendo las cuatro en el hotel vuelve el mismo niño de la mañana y me vuelve a entregar otra rosa blanca, ahí ya empecé a extrañar y en la tarde después de almuerzo tocan la puerta de mi habitación y al abrir no había nadie, sólo una nota en el suelo junto a otra rosa blanca. Al abrir la nota decía: “estas más bella que nunca, te invito a tomarnos algo en el bar del hotel a las 21:00 hrs.” Me quede helada. ¿Quién podría ser? Les conté a mis amigas y con nuestras ganas de pasarla bien y curiosidad a la vez, me aconsejaron ir. Claro que ellas también estarían ahí cuidándome. Me ayudaron a ponerme linda, recuerdo un vestido corto y blanco ajustadito el cual me quedaba bastante bien.
Al llegar a la cita me di cuenta que era Felipe. Sí, el mismo chico que me había pedido pololeo. Nos dimos un abrazo que duró muchos segundos y estuvimos conversando hasta cerca de las cuatro de la mañana. A todo esto, mis amigas lo saludaron y me dejaron sola con él. Ahí él me contó que había terminado hace poco una relación y que andaba por una convención de doctores en ese país. Quedamos de almorzar al otro día, mis amigas se habían ido a bailar así que cuando llegue a la habitación aun no llegaban y me dormí.
A la mañana siguiente conversamos y les conté todo. Estaban contentas por mí. En la tarde nos juntamos con Felipe a almorzar y a despedirse también, ya que al otro día él se volvía a Chile. Quedamos en seguir en contacto y juntarnos en Chile.
Yo me la pase divino con mis amigas. Conocimos a 2 chicos brasileños que nos hicieron el favor de mostrarnos los lugares más típicos y más entretenidos. Al volver a Chile empecé a trabajar en una empresa en la cual, por ser recién egresada, me pagaban bastante bien. Creo que tuve más suerte que mis otros compañeros. Con Felipe seguimos en contacto por teléfono y por Internet.
Un día, al llegar a casa mis padres y mi hermana salieron a comer y no me invitaron. Debo reconocer que me sentí bastante mal pero pensé que a lo mejor querían hablar con mi hermana.
Como a las 22:00 hrs. me llama una amiga y me invita a un asado en casa de un amigo de ella y como estaba media bajoniada acepté. Pesqué el auto y la pasé a buscar y ella me guió el camino. Llegamos a una casa grande a la salida de la ciudad, pero no se escuchaba nada. Al ingresar, empezamos a caminar y al final en el patio estaba Felipe en una mesa con un ramo de rosas blancas y vino. Mi amiga nos dejó solos y Felipe se me declaro y me pidió pololeo. La verdad, fue muy hermoso. Me sentía en las nubes.
Pololeamos dos años y cuando llevábamos un año de relación decidimos vivir juntos y al año siguiente, o sea a los dos años decidimos casarnos. Llamamos a nuestros padres, los citamos en nuestro departamento a cenar y les contamos la noticia. Fue un matrimonio muy hermoso, junto a todos nuestros seres queridos y de luna de miel nos fuimos a Isla de Pascua. Estuvimos dos semanas de luna de miel, ya que por nuestros trabajos no podíamos tomarnos más tiempo.
Al volver de la luna de miel al mes me empecé a sentir mal, con dolores de cabeza y náuseas. Sospeché que podría ser que estuviera embarazada, así que fui a donde un amigo ginecólogo y le pedí discreción, ya que si era afirmativo quería darle la sorpresa a mi marido y si no era así no quería hacerse ilusiones. Pasaron dos días y me entero que, efectivamente, estaba embarazada, así que un día salí antes del trabajo, llegué al departamento y prepare una cena para mi marido, el cual llego tarde, así que me pilló dormida, pero vio que le tenía un regalo y al abrirlo se dio cuenta que yo estaba embarazada, porque le había comprado una cajita y en la cual había metido un chupete. Me dio un beso y me abrazó. Estaba feliz, así que al otro día llamamos a nuestros padres para contarles la noticia, los cuales también estaban felices. Cuando tenía 8 meses y medio nació Renato, un niño sano y muy bello.
Cuando Renato tenía dos años, yo me empecé a sentir mal. De nuevo náuseas, vómitos, mareos y dolores atroces de cabeza. Entonces fui de nuevo al ginecólogo pensando que de nuevo estaba embarazada y el médico me dijo que no lo estaba, y entonces fui a un médico general el cual me mando a hacerme varios exámenes y me encontraron un tumor en la cabeza. Cuando le mostré los exámenes a Felipe y le conté se molesto, porque me dijo que él debería de haberme acompañado o bien haberme hecho él los exámenes. Me los volvió a hacer y salieron que efectivamente tenía un tumor. Programamos con unos compañeros de Felipe la operación y al mes de saber la mala noticia me operaron. La operación debía durar 5 horas pero se extendió por 8 horas, mi marido estaba muy preocupado y a cada rato preguntaba a sus colegas por mí. Al término de la operación, sus colegas le dijeron que la operación había salido bien, pero que tenían que ver los resultados cuando me despertara y obvio con el transcurso del tiempo.
Gracias a Dios salió todo bien, y al año siguiente quede embarazada. Yo estaba feliz, pero cuando llegue a la oficina de mi marido para darle la noticia, lo pille besándose con la secretaria. Como no había hecho ruido y Felipe no me vio, salí despacio y me fui directo a mi casa, llorando por sentirme engañada. Fui a buscar a Renato y le pedí a la nana que me hiciera una maleta con ropa para mí y para mi hijo. Ella no entendía nada, sólo me obedeció. me fui a casa de una amiga, que a todo esto es la madrina de Renato y le conté lo que había pasado. Ella me dejo quedarme en su casa, y yo le dije que necesitaba ir a la farmacia por unos medicamentos que el doctor me había dado y en camino a la farmacia me chocan el auto. Me llevaron al hospital y cuando desperté estaba Felipe a mi lado. Lloramos juntos y me contó que él había despedido a su secretaria porque le había confesado su amor hacia él y le había dado el beso y que yo había solo visto el beso, y me juro que él no tenía nada con ella.
Con Felipe seguimos juntos y al tiempo nació Josefa, igual a su padre. Hoy en día mis niños están más grandes y, si bien he pasado por muchas cosas tanto buenas y malas, tengo al lado mío al hombre que amo y que me ama y gracias a dios formamos una hermosa familia. Y con Felipe estamos en campaña para tener otro bebé, ya que queremos una familia grande. Espero Dios nos bendiga con unos dos bebés mas.
Yo, la verdad, he tenido mucha suerte, debo reconocerlo. Les relataré mi historia que parece de novela de TV, pero es real.
Mi nombre es Camila y actualmente tengo 32 años. Cuando yo tenía 5 años mis padres se separaron y para mí fue muy triste, ya que yo era muy apegada a mi padre. cuando yo tenía 12 años, mi mama sostuvo una relación con un hombre y este caballero tenía una hermana, la cual tenía 2 hijos: Gustavo el mayor y Felipe el menor. Cuando conocí a Felipe me enamoré, fue amor a primera vista. Nos gustamos mutuamente, el era mayor que yo por 4 años.
Cuando Felipe termino el cuarto medio y ya había dado la prueba para entrar a la universidad, el quedo en medicina en la Universidad de Chile, en Santiago. Antes de irse me pidió pololeo, yo le dije que no por dos razones: la primera por que íbamos a estar en distintas ciudades y segundo porque no creo en el amor a distancia.
Él se fue y yo pase a primero medio, y al tiempo me entero que él estaba pololeando con una niña que tenía su misma edad, pero que también estaba en mi misma ciudad. Ni les cuento lo mal que me sentía. Pero soy muy orgullosa, como mi mama estaba pololeando con su tío, igual lo veía en reuniones familiares.
Empezaron a pasar los años y cuando yo iba en tercero medio mi mama término con su pololo y yo nunca más volví a ver a Felipe. Al año siguiente, cuando yo salí de la enseñanza media y celebré mi cumpleaños, mi papa y mi mama volvieron. Sé que es raro, pero así fue. Me matriculé en la universidad de Talca a estudiar ingeniería comercial.
Cuando termine mi carrera, el hermano de mi mamá me regalo un pasaje para irme a Brasil por 15 días ya que había terminado súper bien la universidad y mi tío se sentía súper orgulloso, les conté a mis compañeras y hicimos un grupo de 4 y nos fuimos a pasarla re bien , era un premio después de cinco años de mucho esfuerzo.
Ya en Brasil, el primer día nos fuimos a descansar a la playa y a tomar sol y en la noche nos fuimos a un pub a pasarlo bien. Al día siguiente, me levante temprano con una amiga y nos fuimos a la playa a tomar sol ya que la idea era llegar bien tostadas a Chile. Estando en la playa se nos acerco un niño pequeño como de unos 10 o 12 años y me entrego una rosa blanca, para mí fue bastante extraño pero, la verdad, no le tomamos mucha importancia.
A la hora de almuerzo comiendo las cuatro en el hotel vuelve el mismo niño de la mañana y me vuelve a entregar otra rosa blanca, ahí ya empecé a extrañar y en la tarde después de almuerzo tocan la puerta de mi habitación y al abrir no había nadie, sólo una nota en el suelo junto a otra rosa blanca. Al abrir la nota decía: “estas más bella que nunca, te invito a tomarnos algo en el bar del hotel a las 21:00 hrs.” Me quede helada. ¿Quién podría ser? Les conté a mis amigas y con nuestras ganas de pasarla bien y curiosidad a la vez, me aconsejaron ir. Claro que ellas también estarían ahí cuidándome. Me ayudaron a ponerme linda, recuerdo un vestido corto y blanco ajustadito el cual me quedaba bastante bien.
Al llegar a la cita me di cuenta que era Felipe. Sí, el mismo chico que me había pedido pololeo. Nos dimos un abrazo que duró muchos segundos y estuvimos conversando hasta cerca de las cuatro de la mañana. A todo esto, mis amigas lo saludaron y me dejaron sola con él. Ahí él me contó que había terminado hace poco una relación y que andaba por una convención de doctores en ese país. Quedamos de almorzar al otro día, mis amigas se habían ido a bailar así que cuando llegue a la habitación aun no llegaban y me dormí.
A la mañana siguiente conversamos y les conté todo. Estaban contentas por mí. En la tarde nos juntamos con Felipe a almorzar y a despedirse también, ya que al otro día él se volvía a Chile. Quedamos en seguir en contacto y juntarnos en Chile.
Yo me la pase divino con mis amigas. Conocimos a 2 chicos brasileños que nos hicieron el favor de mostrarnos los lugares más típicos y más entretenidos. Al volver a Chile empecé a trabajar en una empresa en la cual, por ser recién egresada, me pagaban bastante bien. Creo que tuve más suerte que mis otros compañeros. Con Felipe seguimos en contacto por teléfono y por Internet.
Un día, al llegar a casa mis padres y mi hermana salieron a comer y no me invitaron. Debo reconocer que me sentí bastante mal pero pensé que a lo mejor querían hablar con mi hermana.
Como a las 22:00 hrs. me llama una amiga y me invita a un asado en casa de un amigo de ella y como estaba media bajoniada acepté. Pesqué el auto y la pasé a buscar y ella me guió el camino. Llegamos a una casa grande a la salida de la ciudad, pero no se escuchaba nada. Al ingresar, empezamos a caminar y al final en el patio estaba Felipe en una mesa con un ramo de rosas blancas y vino. Mi amiga nos dejó solos y Felipe se me declaro y me pidió pololeo. La verdad, fue muy hermoso. Me sentía en las nubes.
Pololeamos dos años y cuando llevábamos un año de relación decidimos vivir juntos y al año siguiente, o sea a los dos años decidimos casarnos. Llamamos a nuestros padres, los citamos en nuestro departamento a cenar y les contamos la noticia. Fue un matrimonio muy hermoso, junto a todos nuestros seres queridos y de luna de miel nos fuimos a Isla de Pascua. Estuvimos dos semanas de luna de miel, ya que por nuestros trabajos no podíamos tomarnos más tiempo.
Al volver de la luna de miel al mes me empecé a sentir mal, con dolores de cabeza y náuseas. Sospeché que podría ser que estuviera embarazada, así que fui a donde un amigo ginecólogo y le pedí discreción, ya que si era afirmativo quería darle la sorpresa a mi marido y si no era así no quería hacerse ilusiones. Pasaron dos días y me entero que, efectivamente, estaba embarazada, así que un día salí antes del trabajo, llegué al departamento y prepare una cena para mi marido, el cual llego tarde, así que me pilló dormida, pero vio que le tenía un regalo y al abrirlo se dio cuenta que yo estaba embarazada, porque le había comprado una cajita y en la cual había metido un chupete. Me dio un beso y me abrazó. Estaba feliz, así que al otro día llamamos a nuestros padres para contarles la noticia, los cuales también estaban felices. Cuando tenía 8 meses y medio nació Renato, un niño sano y muy bello.
Cuando Renato tenía dos años, yo me empecé a sentir mal. De nuevo náuseas, vómitos, mareos y dolores atroces de cabeza. Entonces fui de nuevo al ginecólogo pensando que de nuevo estaba embarazada y el médico me dijo que no lo estaba, y entonces fui a un médico general el cual me mando a hacerme varios exámenes y me encontraron un tumor en la cabeza. Cuando le mostré los exámenes a Felipe y le conté se molesto, porque me dijo que él debería de haberme acompañado o bien haberme hecho él los exámenes. Me los volvió a hacer y salieron que efectivamente tenía un tumor. Programamos con unos compañeros de Felipe la operación y al mes de saber la mala noticia me operaron. La operación debía durar 5 horas pero se extendió por 8 horas, mi marido estaba muy preocupado y a cada rato preguntaba a sus colegas por mí. Al término de la operación, sus colegas le dijeron que la operación había salido bien, pero que tenían que ver los resultados cuando me despertara y obvio con el transcurso del tiempo.
Gracias a Dios salió todo bien, y al año siguiente quede embarazada. Yo estaba feliz, pero cuando llegue a la oficina de mi marido para darle la noticia, lo pille besándose con la secretaria. Como no había hecho ruido y Felipe no me vio, salí despacio y me fui directo a mi casa, llorando por sentirme engañada. Fui a buscar a Renato y le pedí a la nana que me hiciera una maleta con ropa para mí y para mi hijo. Ella no entendía nada, sólo me obedeció. me fui a casa de una amiga, que a todo esto es la madrina de Renato y le conté lo que había pasado. Ella me dejo quedarme en su casa, y yo le dije que necesitaba ir a la farmacia por unos medicamentos que el doctor me había dado y en camino a la farmacia me chocan el auto. Me llevaron al hospital y cuando desperté estaba Felipe a mi lado. Lloramos juntos y me contó que él había despedido a su secretaria porque le había confesado su amor hacia él y le había dado el beso y que yo había solo visto el beso, y me juro que él no tenía nada con ella.
Con Felipe seguimos juntos y al tiempo nació Josefa, igual a su padre. Hoy en día mis niños están más grandes y, si bien he pasado por muchas cosas tanto buenas y malas, tengo al lado mío al hombre que amo y que me ama y gracias a dios formamos una hermosa familia. Y con Felipe estamos en campaña para tener otro bebé, ya que queremos una familia grande. Espero Dios nos bendiga con unos dos bebés mas.
ME ENAMORÉ DEL MEJOR AMIGO DE MI PADRE
ME ENAMORÉ DEL MEJOR AMIGO DE MI PADRE
Cuando tenia 13 años jamás imaginé que me enamoraría del mejor amigo de mi papá. Recuerdo que fue en el cumpleaños de su tía y la celebración de la fiesta de promoción de los alumnos de mi padre, en la cual él era el padrino. Fui a buscar a su mamá y el se me acercó, me dijo: “Me gustas mucho” y me dio un beso en la mejilla. No supe que contestar. Pensé que era una broma y sólo atiné a correr hacia mi casa.
Toda esa noche no supe que pasaba.los días pasaban y me daba vergüenza encontrarme con él, hasta que llego la Navidad y para colmo de males nuestras familias lo iban a celebrar juntas. Él me pide que lo acompañe a realizar una llamada (nadie pensó mal porque era obvio, era mucho mayor que yo, el tenia 28 y yo 13). En el camino estaba muda, con miedo. Fue en un sitio oscuro que él me jala hacia su lado y me pregunta si y sentía lo mismo que él. Le dije que se dejara de bromas, que todo era un chiste, como siempre. Él me dijo que no, que en realidad yo le gustaba y sin darme cuenta nuestros labios se unieron. Mi primer beso, qué lindo. Desde ese entonces sólo pensaba, solo tenía ojos para él, pero él era un mujeriego. Le gustaba andar con todas las que caían en su red. Tenía una risa encantadora, una mirada que te enloquecía. No me importó.
Por ese entonces llegó un chico un año mayor al mío al cual llamaremos George. Era guapo y me miraba. La verdad, no soy “bonita”, pero tengo lo mío. En las vacaciones, él me buscaba, siempre estaba conmigo, me sentía tan feliz a su lado a pesar que eran pocos los minutos que pasábamos juntos, una mirada bastaba, un beso para demostrarle el inmenso amor que le tenía. Pronto empezaron las clases y conocí a George. Me daba cólera porque me veía con deseo.
Pero pasó el tiempo y me enteré por la gente y mi papá que él estaba con otra chica, que dolor mas grande sentí en ese momento. Él me dio una explicación: “No quiero que tu papá se dé cuenta de lo nuestro, la gente habla y para despistar tengo que estar con ella”. Fue lo mas terrible y tuve que soportarlo, verlos delante de mí que se prodigaran amor, oh no, qué terrible.
Fue en ese momento que empecé a aceptar a George en mi vida. No sé cómo ni cuando, pero me enamoré. Nos escribíamos cartas, nos encontrábamos a solas y nos besábamos profundamente. Por supuesto, él me interrogó y encima tenía el descaro de pedirme explicaciones, y le respondí: “Es para despistar a la gente”. Él se fugó con la chica, yo me quedé con el chico de mi edad que me supo conquistar.
Así pasaron dos años, yo terminaba la secundaria y había terminado con George, también era mujeriego. Él regresó con su “esposa”, pero aún con ella siguió buscándome. Yo volví con él. Era la ‘otra’.
Pasó el tiempo y se separaron. Él se refugió mas en mí, yo terminé la secundaria y viajé a la capital. Seguíamos juntos, parecía que me era fiel y como una tonta me entregué a él a los 17 años. Me sentía tan feliz, era mi primera vez con el hombre de mis sueños. No contaba que él solo deseó eso, después perdió interés en mí. Sólo me buscaba para eso y, como una tonta, yo lo dejaba, hasta que un día lo llamé a su teléfono y me contestó una chica. Por lo raro de su voz le pregunté quien era y me dijo “Soy la novia de él”. Sentí como si me hubiesen clavado un cuchillo en el corazón y para comprobarlo volví. Era cierto. Él tenía otra mujer.
Lloré todo lo que pude y decidí sacarlo de mi mente para siempre, pero con su mirada, palabras y mentiras me hizo caer de nuevo. Seguimos, así pasó un año más, yo también lo engañaba y él se dio cuenta, y un día que fui al lugar donde estaba me dijo: “Te invito a mi boda, es el 6 de agosto y quiero que estés presente, no faltes”. Por Dios, qué dolor mas grande. No lo podía creer. Se casaba con una buena chica, casi de su misma edad. En ese instante sentí que lo había perdido para siempre.
Y así pasaron los años. Me enamoré de un chico bueno, pero no podía olvidarle a él y él un día me buscó y me dijo que volviéramos, que nada era igual sin mí, que iba a dejar a su esposa e hija. Por supuesto, no le creí. Empezamos a trabajar juntos y no le daba importancia. Después de un año de trabajar juntos me comprometí con el verdadero amor de mi vida, que es un chico también mayor y salí embarazada. Él, al enterarse, también embarazó a su esposa y me dijo que me odiaba, que si se había casado era porque yo le engañé y ahora me había casado, que aún tenía esperanzas de volver conmigo y que lo decepcioné. Sólo me reí porque ya nada sentía por él, me era completamente indiferente, hoy también lo veo.
Ya mi bebé tiene 4 años y solo sé que mi esposo es y sera por siempre el único amor de mi vida.
Cuando tenia 13 años jamás imaginé que me enamoraría del mejor amigo de mi papá. Recuerdo que fue en el cumpleaños de su tía y la celebración de la fiesta de promoción de los alumnos de mi padre, en la cual él era el padrino. Fui a buscar a su mamá y el se me acercó, me dijo: “Me gustas mucho” y me dio un beso en la mejilla. No supe que contestar. Pensé que era una broma y sólo atiné a correr hacia mi casa.
Toda esa noche no supe que pasaba.los días pasaban y me daba vergüenza encontrarme con él, hasta que llego la Navidad y para colmo de males nuestras familias lo iban a celebrar juntas. Él me pide que lo acompañe a realizar una llamada (nadie pensó mal porque era obvio, era mucho mayor que yo, el tenia 28 y yo 13). En el camino estaba muda, con miedo. Fue en un sitio oscuro que él me jala hacia su lado y me pregunta si y sentía lo mismo que él. Le dije que se dejara de bromas, que todo era un chiste, como siempre. Él me dijo que no, que en realidad yo le gustaba y sin darme cuenta nuestros labios se unieron. Mi primer beso, qué lindo. Desde ese entonces sólo pensaba, solo tenía ojos para él, pero él era un mujeriego. Le gustaba andar con todas las que caían en su red. Tenía una risa encantadora, una mirada que te enloquecía. No me importó.
Por ese entonces llegó un chico un año mayor al mío al cual llamaremos George. Era guapo y me miraba. La verdad, no soy “bonita”, pero tengo lo mío. En las vacaciones, él me buscaba, siempre estaba conmigo, me sentía tan feliz a su lado a pesar que eran pocos los minutos que pasábamos juntos, una mirada bastaba, un beso para demostrarle el inmenso amor que le tenía. Pronto empezaron las clases y conocí a George. Me daba cólera porque me veía con deseo.
Pero pasó el tiempo y me enteré por la gente y mi papá que él estaba con otra chica, que dolor mas grande sentí en ese momento. Él me dio una explicación: “No quiero que tu papá se dé cuenta de lo nuestro, la gente habla y para despistar tengo que estar con ella”. Fue lo mas terrible y tuve que soportarlo, verlos delante de mí que se prodigaran amor, oh no, qué terrible.
Fue en ese momento que empecé a aceptar a George en mi vida. No sé cómo ni cuando, pero me enamoré. Nos escribíamos cartas, nos encontrábamos a solas y nos besábamos profundamente. Por supuesto, él me interrogó y encima tenía el descaro de pedirme explicaciones, y le respondí: “Es para despistar a la gente”. Él se fugó con la chica, yo me quedé con el chico de mi edad que me supo conquistar.
Así pasaron dos años, yo terminaba la secundaria y había terminado con George, también era mujeriego. Él regresó con su “esposa”, pero aún con ella siguió buscándome. Yo volví con él. Era la ‘otra’.
Pasó el tiempo y se separaron. Él se refugió mas en mí, yo terminé la secundaria y viajé a la capital. Seguíamos juntos, parecía que me era fiel y como una tonta me entregué a él a los 17 años. Me sentía tan feliz, era mi primera vez con el hombre de mis sueños. No contaba que él solo deseó eso, después perdió interés en mí. Sólo me buscaba para eso y, como una tonta, yo lo dejaba, hasta que un día lo llamé a su teléfono y me contestó una chica. Por lo raro de su voz le pregunté quien era y me dijo “Soy la novia de él”. Sentí como si me hubiesen clavado un cuchillo en el corazón y para comprobarlo volví. Era cierto. Él tenía otra mujer.
Lloré todo lo que pude y decidí sacarlo de mi mente para siempre, pero con su mirada, palabras y mentiras me hizo caer de nuevo. Seguimos, así pasó un año más, yo también lo engañaba y él se dio cuenta, y un día que fui al lugar donde estaba me dijo: “Te invito a mi boda, es el 6 de agosto y quiero que estés presente, no faltes”. Por Dios, qué dolor mas grande. No lo podía creer. Se casaba con una buena chica, casi de su misma edad. En ese instante sentí que lo había perdido para siempre.
Y así pasaron los años. Me enamoré de un chico bueno, pero no podía olvidarle a él y él un día me buscó y me dijo que volviéramos, que nada era igual sin mí, que iba a dejar a su esposa e hija. Por supuesto, no le creí. Empezamos a trabajar juntos y no le daba importancia. Después de un año de trabajar juntos me comprometí con el verdadero amor de mi vida, que es un chico también mayor y salí embarazada. Él, al enterarse, también embarazó a su esposa y me dijo que me odiaba, que si se había casado era porque yo le engañé y ahora me había casado, que aún tenía esperanzas de volver conmigo y que lo decepcioné. Sólo me reí porque ya nada sentía por él, me era completamente indiferente, hoy también lo veo.
Ya mi bebé tiene 4 años y solo sé que mi esposo es y sera por siempre el único amor de mi vida.
TE RECORDARÉ COMO A QUIEN MÁS QUISE
TE RECORDARÉ COMO A QUIEN MÁS QUISE
Mi historia comienza hace un año y medio, cuando esperando para entrar a mis clases semanales (había llegado muy temprano el primer día) por primera vez en el año, llegó un muchacho. Al mirarlo pensé que era de esos lindos y soberbios, por lo tanto decidí no perder mas tiempo y volví a mi lectura para pasar el tiempo que aún quedaba por delante.
Las semanas transcurrieron y terminamos teniendo un amigo en común con el “lindo-soberbio”, por lo que pasábamos tiempo juntos en los recesos, y déjenme contarles, jamás hubiera imaginado que esa persona daría vuelta mi mundo de una manera tan inexplicable.
Yo estaba en un modo neutral antes de conocerlo, era como que todo me daba igual. Tenía un par de pretendientes, pero nada se le compraba. Ellos eran lindos e inteligentes, pero lo pensaba muchas veces antes de darles cualquier tipo de oportunidad.
Empecé a ser un poco más agradable con él. Debo admitir que fui muy ruda al principio, y me encontré con nada más ni nada menos lo que yo me imaginaba. No solo era lindo físicamente, sino que también su actitud era digna de elogios; era soberbio pero de un modo pasivo, es decir, explota todo lo que tiene al 100%, estudia dos carreras y varias cosas más como extra. Al menos desde mi punto de vista por lo menos debía presumir todo eso.
El tiempo fue pasando y cada vez que finalizaba el día que lo veía, me sentía extraña… Sentía un vacío y ganas de pedirle que se quedara solo un rato más, pero era absurdo. En realidad era absurdo que no quisiera asumir que me gustaba. Transcurrieron 4 meses y llegaban las vacaciones del demonio. Sentí desfallecer al saber que no lo vería durante tanto tiempo, un mes para ser exacta. Fue un mes tortuoso, sobre todo porque ni siquiera sabía si él me veía como algo más que una compañera.
El reencuentro me revivió. Cuando lo vi, quise correr y abrazarlo fuerte, pero sabía que no correspondía. Apenas nos conocíamos, después de todo. Las clases volvieron, junto las prisas del tiempo por dejarnos atrás, y yo sintiendo que no podía guardar mi secreto por mucho más tiempo.
Un día cuando caminábamos por horas después de clases como solíamos hacerlo, nuestro amigo en común, él y yo. Decidí que era el momento de decírselo. Para ser breve, fue un “NI”. Me correspondió en cuanto al interés… Pero no quería llegar muy lejos. Entré en un estado de desequilibro y la relación de “compañerismo” se tornó tensa, poníamos incomodo al que estuviera con nosotros, llegamos al punto de ignorarnos. De mi parte porque él no decía nada, y de la suya… Vaya Dios a saber por qué…
Terminó el ciclo lectivo, pero empezó una etapa difícil para mí. Me arrepentía de haberlo ignorado y de no haberle podido decir nada el último día de clases. Lo extrañaba, extrañaba sus comentarios acerca de todo lo que yo decía, sus cuestionamientos acerca de lo que yo hacía, de cómo me vestía, de cómo hablaba, sus preguntas acerca de mi vida, los libros que solía recomendarme, sus miradas, las veces que fijo me miraba y cuando el aire me faltaba, extrañaba hacer preguntas y que el contestara todo, ya sea con sabiduría o con un simple “No tengo idea pero deberías…”. Él se fijaba en todo lo que a mi persona respectaba. Eso fue un golpe duro, si teníamos una conexión después de todo. Había una gran gran posibilidad de no volver a vernos y eso hizo que mi alma abandonara toda esperanza por un gran tiempo, durante el cual no quería ni salir, no quería oír hablar a nadie, solo recordar el tiempo que pasamos juntos, el tiempo que mantuvimos una complicidad silenciosa.
Se acercaba la fecha de volver a inscribirme para las clases semanales y, sinceramente, no quería volver al lugar que tantos recuerdos me traía. Por un tiempo creí superarlo, ya que empecé a salir nuevamente, pero sucumbía ante la idea de volver a sufrir por algo que me lo recordara.
Esperé a último momento, es más, fui el último día que admitían inscripciones. Solo fui y puse lo mejor de mí para no dejarme vencer por la melancolía de lo que ya no existía y estaba muy segura, no volvería a existir.
Pero me equivocaba, porque con mis nervios aplastándome al punto de amenazarme con inmovilizarme si me quedaba quieta, me dirigí sobre la hora a mi primera clase del año (no quería llegar temprano y morir en la eterna espera) y para mi sorpresa él estaba ahí. El corazón me dio un vuelco, sentí que mi cuerpo volvía a tener el funcionamiento correcto y al verlo me di cuenta que es quien inspira los impulsos más hermoso que tiene mi alma. Me saludó afectuosamente, sí, comprendí que muy dentro de mí, esperaba que estuviese ahí, pero le dio un extra al saber que “había olvidado todo lo ocurrido”.
Actualmente, concurrimos a clases juntos y tenemos una relación un poco más personal que con otros compañeros. Volvimos a tener esa silenciosa complicidad, podemos entendernos solo con miradas y hasta podría jurar que pensamos igual ante ciertas situaciones. Tiene consideración por mí con muchas cosas y siempre busca hacerme reír mediante comentarios o bromas. Quisiera decir que siente algo por mí, como yo por él, pero no puedo asegurarlo, solo disfruto de cada momento, ya que comprendí que me basta con saber que ese día especifico de la semana va a estar ahí para brindarme unas horas de su compañía, para dejarme disfrutar de lo extraordinaria persona que es, para hacerme reír cada vez que tiene oportunidad, para darme las fuerzas necesarias para sobrevivir seis días más hasta volver a verlo; porque si me preguntan que respiro, es él; si me preguntan que me hace feliz, sin duda hoy digo, es verlo a él.
Me basta con verlo, pero al fin de cuentas sigo muriendo por besar sus labios, por sentir su calor. Lo quiero, como nadie podría imaginar. Me gustaron otros anteriormente, no soy una pequeñuela. Pero simplemente me gustaron, en cambio siento que él tiene todo lo que necesito para pasar el resto de mi vida feliz. Pero ya no puedo hacer nada más que verlo y pensar como me derretiría en sus brazos, mas no puedo arriesgarme a perderlo como el año anterior. Ya no tengo ganas de que me ignore, solo quiero alimentarme de lo que ahora me da, ya sea solo tres horas a las semana.
Eternamente voy a recordarte, teniéndote a mi lado o a través del tiempo cuando lejos de mi te encuentres, memoraré y añoraré los momentos que pasamos, sin dudas te recordaré como a quien mas quise… Como a alguien a quien me hubiese encantado entregarme en cuerpo y alma sin nada a cambio.
Mi historia comienza hace un año y medio, cuando esperando para entrar a mis clases semanales (había llegado muy temprano el primer día) por primera vez en el año, llegó un muchacho. Al mirarlo pensé que era de esos lindos y soberbios, por lo tanto decidí no perder mas tiempo y volví a mi lectura para pasar el tiempo que aún quedaba por delante.
Las semanas transcurrieron y terminamos teniendo un amigo en común con el “lindo-soberbio”, por lo que pasábamos tiempo juntos en los recesos, y déjenme contarles, jamás hubiera imaginado que esa persona daría vuelta mi mundo de una manera tan inexplicable.
Yo estaba en un modo neutral antes de conocerlo, era como que todo me daba igual. Tenía un par de pretendientes, pero nada se le compraba. Ellos eran lindos e inteligentes, pero lo pensaba muchas veces antes de darles cualquier tipo de oportunidad.
Empecé a ser un poco más agradable con él. Debo admitir que fui muy ruda al principio, y me encontré con nada más ni nada menos lo que yo me imaginaba. No solo era lindo físicamente, sino que también su actitud era digna de elogios; era soberbio pero de un modo pasivo, es decir, explota todo lo que tiene al 100%, estudia dos carreras y varias cosas más como extra. Al menos desde mi punto de vista por lo menos debía presumir todo eso.
El tiempo fue pasando y cada vez que finalizaba el día que lo veía, me sentía extraña… Sentía un vacío y ganas de pedirle que se quedara solo un rato más, pero era absurdo. En realidad era absurdo que no quisiera asumir que me gustaba. Transcurrieron 4 meses y llegaban las vacaciones del demonio. Sentí desfallecer al saber que no lo vería durante tanto tiempo, un mes para ser exacta. Fue un mes tortuoso, sobre todo porque ni siquiera sabía si él me veía como algo más que una compañera.
El reencuentro me revivió. Cuando lo vi, quise correr y abrazarlo fuerte, pero sabía que no correspondía. Apenas nos conocíamos, después de todo. Las clases volvieron, junto las prisas del tiempo por dejarnos atrás, y yo sintiendo que no podía guardar mi secreto por mucho más tiempo.
Un día cuando caminábamos por horas después de clases como solíamos hacerlo, nuestro amigo en común, él y yo. Decidí que era el momento de decírselo. Para ser breve, fue un “NI”. Me correspondió en cuanto al interés… Pero no quería llegar muy lejos. Entré en un estado de desequilibro y la relación de “compañerismo” se tornó tensa, poníamos incomodo al que estuviera con nosotros, llegamos al punto de ignorarnos. De mi parte porque él no decía nada, y de la suya… Vaya Dios a saber por qué…
Terminó el ciclo lectivo, pero empezó una etapa difícil para mí. Me arrepentía de haberlo ignorado y de no haberle podido decir nada el último día de clases. Lo extrañaba, extrañaba sus comentarios acerca de todo lo que yo decía, sus cuestionamientos acerca de lo que yo hacía, de cómo me vestía, de cómo hablaba, sus preguntas acerca de mi vida, los libros que solía recomendarme, sus miradas, las veces que fijo me miraba y cuando el aire me faltaba, extrañaba hacer preguntas y que el contestara todo, ya sea con sabiduría o con un simple “No tengo idea pero deberías…”. Él se fijaba en todo lo que a mi persona respectaba. Eso fue un golpe duro, si teníamos una conexión después de todo. Había una gran gran posibilidad de no volver a vernos y eso hizo que mi alma abandonara toda esperanza por un gran tiempo, durante el cual no quería ni salir, no quería oír hablar a nadie, solo recordar el tiempo que pasamos juntos, el tiempo que mantuvimos una complicidad silenciosa.
Se acercaba la fecha de volver a inscribirme para las clases semanales y, sinceramente, no quería volver al lugar que tantos recuerdos me traía. Por un tiempo creí superarlo, ya que empecé a salir nuevamente, pero sucumbía ante la idea de volver a sufrir por algo que me lo recordara.
Esperé a último momento, es más, fui el último día que admitían inscripciones. Solo fui y puse lo mejor de mí para no dejarme vencer por la melancolía de lo que ya no existía y estaba muy segura, no volvería a existir.
Pero me equivocaba, porque con mis nervios aplastándome al punto de amenazarme con inmovilizarme si me quedaba quieta, me dirigí sobre la hora a mi primera clase del año (no quería llegar temprano y morir en la eterna espera) y para mi sorpresa él estaba ahí. El corazón me dio un vuelco, sentí que mi cuerpo volvía a tener el funcionamiento correcto y al verlo me di cuenta que es quien inspira los impulsos más hermoso que tiene mi alma. Me saludó afectuosamente, sí, comprendí que muy dentro de mí, esperaba que estuviese ahí, pero le dio un extra al saber que “había olvidado todo lo ocurrido”.
Actualmente, concurrimos a clases juntos y tenemos una relación un poco más personal que con otros compañeros. Volvimos a tener esa silenciosa complicidad, podemos entendernos solo con miradas y hasta podría jurar que pensamos igual ante ciertas situaciones. Tiene consideración por mí con muchas cosas y siempre busca hacerme reír mediante comentarios o bromas. Quisiera decir que siente algo por mí, como yo por él, pero no puedo asegurarlo, solo disfruto de cada momento, ya que comprendí que me basta con saber que ese día especifico de la semana va a estar ahí para brindarme unas horas de su compañía, para dejarme disfrutar de lo extraordinaria persona que es, para hacerme reír cada vez que tiene oportunidad, para darme las fuerzas necesarias para sobrevivir seis días más hasta volver a verlo; porque si me preguntan que respiro, es él; si me preguntan que me hace feliz, sin duda hoy digo, es verlo a él.
Me basta con verlo, pero al fin de cuentas sigo muriendo por besar sus labios, por sentir su calor. Lo quiero, como nadie podría imaginar. Me gustaron otros anteriormente, no soy una pequeñuela. Pero simplemente me gustaron, en cambio siento que él tiene todo lo que necesito para pasar el resto de mi vida feliz. Pero ya no puedo hacer nada más que verlo y pensar como me derretiría en sus brazos, mas no puedo arriesgarme a perderlo como el año anterior. Ya no tengo ganas de que me ignore, solo quiero alimentarme de lo que ahora me da, ya sea solo tres horas a las semana.
Eternamente voy a recordarte, teniéndote a mi lado o a través del tiempo cuando lejos de mi te encuentres, memoraré y añoraré los momentos que pasamos, sin dudas te recordaré como a quien mas quise… Como a alguien a quien me hubiese encantado entregarme en cuerpo y alma sin nada a cambio.
NO PUEDO MÁS
NO PUEDO MÁS
Hace muchísimos años, cuando estaba aún en el colegio de primaria, conocí el amor. Conocí el amor inocente que se pueden tener dos colegiales, ese amor que no sabes interpretar, que encubres con insultos y bromas pesadas.
Así transcurrió nuestra infancia, la mía y la de Sami, entre peleas, empujones y miradas de soslayo, con miles de mariposas revoloteando nuestro estómago cuando nos rozábamos en la pelea.
Pasaron los años de infancia y llegó el momento de ir al instituto. Eso suponía separarnos, ya no nos veríamos cada día.
Sami estaba cada vez mas triste y yo lo veía en la distancia. Acercarme a él sería como decirle que me gustaba y eso no lo podía permitir, ya que me moriría de vergüenza, o eso pensaba yo en aquel entonces.
Al poco tiempo de empezar al instituto, en el autobús de la mañana, Sami vino directo a mí, se sentó a mi lado y se quedó mudo durante un par de minutos mientras se frotaba las manos, temblaba. Yo me quedé mirándolo y no pude reprimir el instinto y puse mi mano encima de las suyas para intentar calmarlo. En ese momento se giró y me miró a los ojos y solo dijo: “No puedo más”. Supe que quería decir al instante ya que yo estaba igual que el. Nos quedamos todo el camino hasta el instituto así, cogidos de las manos y sin decir ni una palabra.
Ese fue el inicio de nuestra relación, aunque teníamos 14 años recién cumplidos y los dos aparte de inexpertos éramos tremendamente vergonzosos, pero a nosotros simplemente con estar juntos nos bastaba para ser felices. Al poco tiempo de eso, nuestro círculo de amigos se enteró de nuestra “relación” y empezaron los problemas. Los chicos se empezaron a meter con Sami y a avergonzarlo. Él, que ya entonces era mas débil emocionalmente, se dejó arrastrar por todas aquellas estupideces y poco a poco se fue alejando de mi, hasta tal punto que dejó de hablarme de un día para otro.
A partir de ese momento nuestras vidas fueron cada vez mas tristes, nos encontrábamos por los pasillos del instituto y nos mirábamos pero nada mas. A los dos años conseguí que mis padres me llevaran a otro instituto y aunque vivíamos cerca ya no tendría la obligación de verlo cada día.
Pasaron los años, yo terminé mis estudios y la carrera lejos de casa. Al volver con 24 años me reencontré con un antiguo compañero de clase y empezamos una relación. A Sami lo veía de vez en cuando por el pueblo, con amigos. Las miradas entre nosotros seguían igual que hacía ya 8 años… pero nada mas, yo lo dejé como un bonito recuerdo del pasado y seguí con mi vida.
Me casé con aquel chico a los dos años. Las cosas no fueron bien y a los cuatro años nos divorciamos. Yo seguí con mi vida, mi trabajo y mi familia. De vez en cuando me tropezaba por las calles del pueblo con Sami y las miradas continuaban… Supongo que teníamos una conversación pendiente.
Al año de separarme, una tarde de verano recibí en mi casa una visita inesperadísima. Era la madre de Sami que venía desconsolada a hablar conmigo. Hice entrar a Lola a casa y después de que se calmara consiguió empezar a contarme que su hijo estaba en el hospital y que había intentado quitarse la vida. En ese momento a mi me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo y tuve que hacer un esfuerzo tremendo para no ponerme a llorar. Yo no sabía que decir, ya que no tenía ni idea de por qué aquella mujer había venido a mi casa para contarme algo así. Le pregunté que qué podía hacer por ella y ella en ese momento sacó un sobre del bolso en el que ponía mi nombre. La carta estaba cerrada y la mujer me dijo que era para mí y que por favor la leyera. En aquel momento era yo la que temblaba como un flan, empecé a leer. La carta empezaba con “ Hola Marina, sé que nunca leerás esto”. Leí aquella carta, donde Sami describía toda nuestra relación, todos sus sentimientos desde los 10 años de edad, todas las vivencias… incluso las que sentía cuando me veía por la calle del pueblo, lo que sintió el día que me casé… Aquella carta era inmensa y cargada de amor, un amor tan puro que al leerla yo no podía dejar de llorar de forma desconsolada, la madre de Sami me miraba con asombro. La carta terminaba con “Ya no puedo mas”. “Te quiero”.
Al terminar de leerla le dije a la madre que tenía que verle. Ella se alegró y nos pusimos en marcha hacia el hospital, por el camino su madre me fue contando lo que había pasado. Se había tomado una gran cantidad de antidepresivos, los cuales tomaba hacía tiempo.
Llegué al hospital y le pedí a su madre poder entrar a solas y así lo hice. Cuando entre en la habitación estaba dormido, me quedé de pie al lado de la cama mirándolo y me di cuenta que yo también seguía amándolo. Estuve un buen rato esperando y al fin despertó. Se quedó mirándome fijamente, no sabía que veía, realmente pensaba que estaba soñando. Me acerqué a él y le cogí la mano. Mirándole a los ojos le dije hola y le sonreí. Él me sonrió y le empezaron a caer lágrimas. Empezamos a hablar, el solo me preguntaba que por qué estaba ahí, no entendía que había pasado. Yo solo le pude contestar que estaba ahí porque le quería y que no pensara mas en nada. Entonces me acerqué y le besé, nos dimos el beso mas dulce que pueda recordar. Entre lágrimas, temblores y risas nerviosas, el me dijo “no te separes de mí nunca mas”.
A partir de ese momento, Sami y yo hemos estado juntos. No nos hemos separado ni un solo día, nos amamos con locura y en poquito tiempo vamos a ser papás.
Hace muchísimos años, cuando estaba aún en el colegio de primaria, conocí el amor. Conocí el amor inocente que se pueden tener dos colegiales, ese amor que no sabes interpretar, que encubres con insultos y bromas pesadas.
Así transcurrió nuestra infancia, la mía y la de Sami, entre peleas, empujones y miradas de soslayo, con miles de mariposas revoloteando nuestro estómago cuando nos rozábamos en la pelea.
Pasaron los años de infancia y llegó el momento de ir al instituto. Eso suponía separarnos, ya no nos veríamos cada día.
Sami estaba cada vez mas triste y yo lo veía en la distancia. Acercarme a él sería como decirle que me gustaba y eso no lo podía permitir, ya que me moriría de vergüenza, o eso pensaba yo en aquel entonces.
Al poco tiempo de empezar al instituto, en el autobús de la mañana, Sami vino directo a mí, se sentó a mi lado y se quedó mudo durante un par de minutos mientras se frotaba las manos, temblaba. Yo me quedé mirándolo y no pude reprimir el instinto y puse mi mano encima de las suyas para intentar calmarlo. En ese momento se giró y me miró a los ojos y solo dijo: “No puedo más”. Supe que quería decir al instante ya que yo estaba igual que el. Nos quedamos todo el camino hasta el instituto así, cogidos de las manos y sin decir ni una palabra.
Ese fue el inicio de nuestra relación, aunque teníamos 14 años recién cumplidos y los dos aparte de inexpertos éramos tremendamente vergonzosos, pero a nosotros simplemente con estar juntos nos bastaba para ser felices. Al poco tiempo de eso, nuestro círculo de amigos se enteró de nuestra “relación” y empezaron los problemas. Los chicos se empezaron a meter con Sami y a avergonzarlo. Él, que ya entonces era mas débil emocionalmente, se dejó arrastrar por todas aquellas estupideces y poco a poco se fue alejando de mi, hasta tal punto que dejó de hablarme de un día para otro.
A partir de ese momento nuestras vidas fueron cada vez mas tristes, nos encontrábamos por los pasillos del instituto y nos mirábamos pero nada mas. A los dos años conseguí que mis padres me llevaran a otro instituto y aunque vivíamos cerca ya no tendría la obligación de verlo cada día.
Pasaron los años, yo terminé mis estudios y la carrera lejos de casa. Al volver con 24 años me reencontré con un antiguo compañero de clase y empezamos una relación. A Sami lo veía de vez en cuando por el pueblo, con amigos. Las miradas entre nosotros seguían igual que hacía ya 8 años… pero nada mas, yo lo dejé como un bonito recuerdo del pasado y seguí con mi vida.
Me casé con aquel chico a los dos años. Las cosas no fueron bien y a los cuatro años nos divorciamos. Yo seguí con mi vida, mi trabajo y mi familia. De vez en cuando me tropezaba por las calles del pueblo con Sami y las miradas continuaban… Supongo que teníamos una conversación pendiente.
Al año de separarme, una tarde de verano recibí en mi casa una visita inesperadísima. Era la madre de Sami que venía desconsolada a hablar conmigo. Hice entrar a Lola a casa y después de que se calmara consiguió empezar a contarme que su hijo estaba en el hospital y que había intentado quitarse la vida. En ese momento a mi me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo y tuve que hacer un esfuerzo tremendo para no ponerme a llorar. Yo no sabía que decir, ya que no tenía ni idea de por qué aquella mujer había venido a mi casa para contarme algo así. Le pregunté que qué podía hacer por ella y ella en ese momento sacó un sobre del bolso en el que ponía mi nombre. La carta estaba cerrada y la mujer me dijo que era para mí y que por favor la leyera. En aquel momento era yo la que temblaba como un flan, empecé a leer. La carta empezaba con “ Hola Marina, sé que nunca leerás esto”. Leí aquella carta, donde Sami describía toda nuestra relación, todos sus sentimientos desde los 10 años de edad, todas las vivencias… incluso las que sentía cuando me veía por la calle del pueblo, lo que sintió el día que me casé… Aquella carta era inmensa y cargada de amor, un amor tan puro que al leerla yo no podía dejar de llorar de forma desconsolada, la madre de Sami me miraba con asombro. La carta terminaba con “Ya no puedo mas”. “Te quiero”.
Al terminar de leerla le dije a la madre que tenía que verle. Ella se alegró y nos pusimos en marcha hacia el hospital, por el camino su madre me fue contando lo que había pasado. Se había tomado una gran cantidad de antidepresivos, los cuales tomaba hacía tiempo.
Llegué al hospital y le pedí a su madre poder entrar a solas y así lo hice. Cuando entre en la habitación estaba dormido, me quedé de pie al lado de la cama mirándolo y me di cuenta que yo también seguía amándolo. Estuve un buen rato esperando y al fin despertó. Se quedó mirándome fijamente, no sabía que veía, realmente pensaba que estaba soñando. Me acerqué a él y le cogí la mano. Mirándole a los ojos le dije hola y le sonreí. Él me sonrió y le empezaron a caer lágrimas. Empezamos a hablar, el solo me preguntaba que por qué estaba ahí, no entendía que había pasado. Yo solo le pude contestar que estaba ahí porque le quería y que no pensara mas en nada. Entonces me acerqué y le besé, nos dimos el beso mas dulce que pueda recordar. Entre lágrimas, temblores y risas nerviosas, el me dijo “no te separes de mí nunca mas”.
A partir de ese momento, Sami y yo hemos estado juntos. No nos hemos separado ni un solo día, nos amamos con locura y en poquito tiempo vamos a ser papás.
EL VERDADERO AMOR NO TIENE LÍMITES
EL VERDADERO AMOR NO TIENE LÍMITES
Mi historia empieza desde hace más de 3 años. Yo había salido de la secundaria, tenía 15 años recién cumplidos y había pasado por una situación familiar que a nadie le deseo. Por la situación familiar que había acontecido, mis planes de entrar al bachillerato que quería habían cambiado y por seguridad mis padres me inscribieron a otro bachillerato. Para mi suerte, una amiga estaba estudiando allí también, así que no sentí tanto miedo.
Ya habían pasado dos semanas desde que iniciaron las clases y yo había entrado como la chica más nueva. Un día después de una semana de haber entrado empecé a escuchar que había unos hermanos nuevos de otro país. No le tomé importancia a la noticia porque no soy de las chavas que se inclinan mucho sobre lo que la multitud quiere. A la hora de salida una amiga me contó que habían entrado dos hermanos que eran griegos, una niña de 13 años y su hermano de 15 años, que había entrado en el salón de junto. Bajé las escaleras y vi a un chavo de cabello un poco largo, color negro, de tez blanca y una nariz muy peculiar (el perfil griego). No le tomé mucha importancia porque estaba platicando.
Al otro día la misma amiga me llevó a la cafetería de la escuela y ahí estaba él. Me lo presentó como cualquier persona presenta a un conocido, su nombre es Lefteris. Yo me saqué de onda cuando me dijo su nombre completo, menos cuando me dijo su ultimo apellido que era mexicano. Sí, mexicano. Era de madre mexicana y padre griego. Toda su vida había vivido en Grecia pero venía de vacaciones a visitar a su familia mexicana. Pasaron los días y yo me notaba indiferente, casi no lo saludaba. No niego que se me hacía muy guapo y había muchas chavas que andaban de tras de él.
Un día estando en la cafetería esperando a una amiga me habló y desde ahí empezamos una pequeña amistad. Todos los días me hablaba mucho y nos pasábamos los recesos juntos. Así estuvimos como un mes hasta que se me declaró bajo la lluvia. La verdad, él no tenía ese plan, pero las cosas se dieron así y pues yo ilusionada acepté. Cada día que pasaba junto a él era muy bonito para mí. Nos veíamos en la escuela y hasta iba al trabajo de mi papá a verme. Al principio le dije a mi papi que éramos amigos porque mi papi es un poco tradicional.
Así estuvimos durante once meses, los cuales fueron gloria para mí. Había conocido a mi primer amor y era un chavo muy lindo, sencillo, guapo, tierno y todo lo que una chava pide como verdadero amor. La verdad en ocasiones discutíamos mucho, pero siempre lo solucionábamos con besos y disculpas sinceras. Nuestro amor era muy limpio y lleno de detalles que me hacían quererlo más. Debido a que era de padre griego y madre mexicana habla español y griego, pero a veces tenía muchos errores de comunicación, errores que me hacían enamorarme más.
Y los once meses pasaron muy rápidos y el tenía que regresar a su país, ya que solo se había quedado un año porque sus abuelos estaban enfermos. La despedida fue muy triste, lloramos y decidimos que teníamos que seguir a distancia porque nos amamos mucho. Nos prometimos muchas cosas y quedamos en que yo viajaría a Grecia y el vendría a México para no terminar con lo nuestro. Los primeros seis meses fueron hermosos, con llamadas casi diarias de él hacía mi y de mí hacía él. En ocasiones corría del colegio para mi casa (ya que acordábamos hora, por la diferencia de horario) para esperar su llamada o verlo conectado al Messenger o Skype. Todos decían que era una locura, ya que yo lo respetaba mucho y creía ciegamente en que nos volveríamos a ver.
Y así pasó justamente año y medio con problemas, llamadas, desvelos, promesas, ilusiones, depresiones, tristezas. Pero las llamadas se hacían menos, él me decía que era porque su escuela lo presionaba mucho y yo harta de esa situación y de esperarlo tanto tiempo decidí no creerle y conocer a alguien más. Me dolió mucho terminar con él y conocí a otro chavo con el que me la pasaba bien, pero no dejaba de pensar en él. En ocasiones le marcaba, pero me contestaba indiferente y a mí me dolía mucho eso y como nos hablábamos.
El día de mi cumpleaños me marcó para felicitarme y desearme lo mejor, unos días después me enteré que él ya tenía novia. Eso me dolió demasiado y me deprimí, pero en ese tiempo su mamá estaba aquí en México y la vi para saludarla y ese mismo día me dijo que Lefteris había sufrido un accidente automovilístico muy feo. Era un milagro que siguiera con vida. Yo, desesperada, le marqué y en todas las vacaciones me la pasé marcándole todos los días para ver cómo estaba.
Pasó como un mes para que él volviera a hablarme con buena forma, yo le seguía llamando y de la nada el me marcó. Empezamos a ser amigos como antes y ambos nos declaramos que seguíamos amándonos y no podíamos ser felices con alguien más. Como él está estudiando marina mercante en Grecia decidió venir a verme en diciembre porque se embarcará en febrero durante seis meses, nos vimos y fue como volver a sentir mariposas en el estomago. Hablamos y me dijo que le había dolido que yo no le creyera por lo que estaba pasando, él me propuso matrimonio y el próximo año nos casaremos. Me iré a vivir a Grecia y estudiaré allá. Estoy muy chica ya que apenas cumpliré 19 años, pero desde los más de dos años que no lo vi y no deje de pensar en él, me dicen mucho que el amor soporta la distancia siempre y cuando no lo forjes y aceptes lo que está deparado para ti.
Mi historia empieza desde hace más de 3 años. Yo había salido de la secundaria, tenía 15 años recién cumplidos y había pasado por una situación familiar que a nadie le deseo. Por la situación familiar que había acontecido, mis planes de entrar al bachillerato que quería habían cambiado y por seguridad mis padres me inscribieron a otro bachillerato. Para mi suerte, una amiga estaba estudiando allí también, así que no sentí tanto miedo.
Ya habían pasado dos semanas desde que iniciaron las clases y yo había entrado como la chica más nueva. Un día después de una semana de haber entrado empecé a escuchar que había unos hermanos nuevos de otro país. No le tomé importancia a la noticia porque no soy de las chavas que se inclinan mucho sobre lo que la multitud quiere. A la hora de salida una amiga me contó que habían entrado dos hermanos que eran griegos, una niña de 13 años y su hermano de 15 años, que había entrado en el salón de junto. Bajé las escaleras y vi a un chavo de cabello un poco largo, color negro, de tez blanca y una nariz muy peculiar (el perfil griego). No le tomé mucha importancia porque estaba platicando.
Al otro día la misma amiga me llevó a la cafetería de la escuela y ahí estaba él. Me lo presentó como cualquier persona presenta a un conocido, su nombre es Lefteris. Yo me saqué de onda cuando me dijo su nombre completo, menos cuando me dijo su ultimo apellido que era mexicano. Sí, mexicano. Era de madre mexicana y padre griego. Toda su vida había vivido en Grecia pero venía de vacaciones a visitar a su familia mexicana. Pasaron los días y yo me notaba indiferente, casi no lo saludaba. No niego que se me hacía muy guapo y había muchas chavas que andaban de tras de él.
Un día estando en la cafetería esperando a una amiga me habló y desde ahí empezamos una pequeña amistad. Todos los días me hablaba mucho y nos pasábamos los recesos juntos. Así estuvimos como un mes hasta que se me declaró bajo la lluvia. La verdad, él no tenía ese plan, pero las cosas se dieron así y pues yo ilusionada acepté. Cada día que pasaba junto a él era muy bonito para mí. Nos veíamos en la escuela y hasta iba al trabajo de mi papá a verme. Al principio le dije a mi papi que éramos amigos porque mi papi es un poco tradicional.
Así estuvimos durante once meses, los cuales fueron gloria para mí. Había conocido a mi primer amor y era un chavo muy lindo, sencillo, guapo, tierno y todo lo que una chava pide como verdadero amor. La verdad en ocasiones discutíamos mucho, pero siempre lo solucionábamos con besos y disculpas sinceras. Nuestro amor era muy limpio y lleno de detalles que me hacían quererlo más. Debido a que era de padre griego y madre mexicana habla español y griego, pero a veces tenía muchos errores de comunicación, errores que me hacían enamorarme más.
Y los once meses pasaron muy rápidos y el tenía que regresar a su país, ya que solo se había quedado un año porque sus abuelos estaban enfermos. La despedida fue muy triste, lloramos y decidimos que teníamos que seguir a distancia porque nos amamos mucho. Nos prometimos muchas cosas y quedamos en que yo viajaría a Grecia y el vendría a México para no terminar con lo nuestro. Los primeros seis meses fueron hermosos, con llamadas casi diarias de él hacía mi y de mí hacía él. En ocasiones corría del colegio para mi casa (ya que acordábamos hora, por la diferencia de horario) para esperar su llamada o verlo conectado al Messenger o Skype. Todos decían que era una locura, ya que yo lo respetaba mucho y creía ciegamente en que nos volveríamos a ver.
Y así pasó justamente año y medio con problemas, llamadas, desvelos, promesas, ilusiones, depresiones, tristezas. Pero las llamadas se hacían menos, él me decía que era porque su escuela lo presionaba mucho y yo harta de esa situación y de esperarlo tanto tiempo decidí no creerle y conocer a alguien más. Me dolió mucho terminar con él y conocí a otro chavo con el que me la pasaba bien, pero no dejaba de pensar en él. En ocasiones le marcaba, pero me contestaba indiferente y a mí me dolía mucho eso y como nos hablábamos.
El día de mi cumpleaños me marcó para felicitarme y desearme lo mejor, unos días después me enteré que él ya tenía novia. Eso me dolió demasiado y me deprimí, pero en ese tiempo su mamá estaba aquí en México y la vi para saludarla y ese mismo día me dijo que Lefteris había sufrido un accidente automovilístico muy feo. Era un milagro que siguiera con vida. Yo, desesperada, le marqué y en todas las vacaciones me la pasé marcándole todos los días para ver cómo estaba.
Pasó como un mes para que él volviera a hablarme con buena forma, yo le seguía llamando y de la nada el me marcó. Empezamos a ser amigos como antes y ambos nos declaramos que seguíamos amándonos y no podíamos ser felices con alguien más. Como él está estudiando marina mercante en Grecia decidió venir a verme en diciembre porque se embarcará en febrero durante seis meses, nos vimos y fue como volver a sentir mariposas en el estomago. Hablamos y me dijo que le había dolido que yo no le creyera por lo que estaba pasando, él me propuso matrimonio y el próximo año nos casaremos. Me iré a vivir a Grecia y estudiaré allá. Estoy muy chica ya que apenas cumpliré 19 años, pero desde los más de dos años que no lo vi y no deje de pensar en él, me dicen mucho que el amor soporta la distancia siempre y cuando no lo forjes y aceptes lo que está deparado para ti.
LOS PADRES DE MI NOVIA NO ME DEJAN VERLA
LOS PADRES DE MI NOVIA NO ME DEJAN VERLA
Esta es la historia de un joven de tan solo 18 años de edad. Un joven conoce en su liceo a una joven de primero medio. Se molestaban en los recreos, se gritaban tonterías y se reían juntos. Este joven le fue gustando a la joven cada vez más y se fueron haciendo mejores amigos. Después el joven le dijo que el sentía cosas por ella y ella no los sentía por el. A ella le empezó a gustar a otra persona y se puso a pololear y él, como derrotado, se fue a un lado, no hablo con ella por varios meses. Él empezó a hacer su vida y ella la suya.
Pero una noche el pensó mucho en lo de apartarse de ella y dijo que podía conquistarla. Al día siguiente el se metió al chat y empezó a conversar con ella. Nuevamente se hicieron amigos, pero ella presentía que todavía el tenia sentimientos fuertes hacia ella. Él le decía que no, que se ya quedo en el pasado, pero la realidad era otra. Él sentía cosas por ella como nunca, se hicieron muy buenos amigos y un día él le dijo que le gustaba y ella no admitía lo que sentía muy dentro de ella. Él cuando se iba de su casa, ella quedaba pensando en el, las cosas que hicieron en el día y todas las cosas que se contaban.
Un día en la mañana, el joven encendió su computador y tenia un mensaje de la joven declarando las cosas que sentía por el, y el se puso feliz como un niño chico. Las cosas se fueron dando de a poco, porque ella era tímida y el en esos casos puntuales también era un poco tímido Ellos estuvieron juntos y fue una muy bonita relación, aunque él era un poco ambicioso porque le gustaba ganar todo y ese fue su defecto. Ella era perfecta, le perdonaba sus cosas, sus impuntualidades, pero a el le molestaba que siempre tenia que ir a verla y ella nunca podía o también salían y no la dejaban, pero a el no le importaba tanto ese tema porque el la amaba y ella a el.
Después que llevaban 4 meses y medio, ella le invito a un matrimonio y el iba a ir hasta que dos horas antes del matrimonio el tubo un problema con su padre muy fuerte y el se mando un condoro, no le avisó que no iba a ir, se fue de Santiago y ella llamó a su casa y su madre contesto diciendo que se tuvo que ir por cosas no importantes. Pero fue culpa del joven y los padres de la joven no se lo perdonaron, porque fue la gota que rebosó el vaso. Él era un poco impuntual y eso les molestaba a los padres y a ella. Cuando volvió a Santiago hablaron los dos, él le pidió perdón porque no era justificable aunque igual fue fuerte el tema, pero no se justifica no haber llamado. Ella lo disculpó en parte, pero los padres de ella le dijeron que no se acercara porque lo iban a demandar por los malos ratos y le iban a poner una denuncia porque el era mayor de edad y ella menor de edad y la joven quería estar con él a pesar de todo. Pero él no se acercó por que lo iban a denunciar no, él no se acercó porque las mas perjudicada iba a ser ella y el no quiere hacerle daño, sólo amarla en silencio. Pero algunas veces se ven y el quiere que pasen dos años para que ella cumpla los 18 años de edad y estar con ella y así no tener problemas con la justicia y tampoco con la familia. El joven hará su vida y ella la suya pero él la esperará y después la buscará…
Todo esto va a que el amor no tiene limites. Sí puede tener tropezones y desilusiones, pero si uno quiere estar con una persona y la ama con ansias no te des por vencido nunca. Él está esperando a que pase el tiempo para estar con ella, no le importa nada mas que ella. Ella tocó su corazón como ninguna otra lo había tocado y fue la primera vez que pololea con alguien. Daría lo que fuera por ella, que estuviera contenta y la quiere ver feliz. Es mi historia.
Esta es la historia de un joven de tan solo 18 años de edad. Un joven conoce en su liceo a una joven de primero medio. Se molestaban en los recreos, se gritaban tonterías y se reían juntos. Este joven le fue gustando a la joven cada vez más y se fueron haciendo mejores amigos. Después el joven le dijo que el sentía cosas por ella y ella no los sentía por el. A ella le empezó a gustar a otra persona y se puso a pololear y él, como derrotado, se fue a un lado, no hablo con ella por varios meses. Él empezó a hacer su vida y ella la suya.
Pero una noche el pensó mucho en lo de apartarse de ella y dijo que podía conquistarla. Al día siguiente el se metió al chat y empezó a conversar con ella. Nuevamente se hicieron amigos, pero ella presentía que todavía el tenia sentimientos fuertes hacia ella. Él le decía que no, que se ya quedo en el pasado, pero la realidad era otra. Él sentía cosas por ella como nunca, se hicieron muy buenos amigos y un día él le dijo que le gustaba y ella no admitía lo que sentía muy dentro de ella. Él cuando se iba de su casa, ella quedaba pensando en el, las cosas que hicieron en el día y todas las cosas que se contaban.
Un día en la mañana, el joven encendió su computador y tenia un mensaje de la joven declarando las cosas que sentía por el, y el se puso feliz como un niño chico. Las cosas se fueron dando de a poco, porque ella era tímida y el en esos casos puntuales también era un poco tímido Ellos estuvieron juntos y fue una muy bonita relación, aunque él era un poco ambicioso porque le gustaba ganar todo y ese fue su defecto. Ella era perfecta, le perdonaba sus cosas, sus impuntualidades, pero a el le molestaba que siempre tenia que ir a verla y ella nunca podía o también salían y no la dejaban, pero a el no le importaba tanto ese tema porque el la amaba y ella a el.
Después que llevaban 4 meses y medio, ella le invito a un matrimonio y el iba a ir hasta que dos horas antes del matrimonio el tubo un problema con su padre muy fuerte y el se mando un condoro, no le avisó que no iba a ir, se fue de Santiago y ella llamó a su casa y su madre contesto diciendo que se tuvo que ir por cosas no importantes. Pero fue culpa del joven y los padres de la joven no se lo perdonaron, porque fue la gota que rebosó el vaso. Él era un poco impuntual y eso les molestaba a los padres y a ella. Cuando volvió a Santiago hablaron los dos, él le pidió perdón porque no era justificable aunque igual fue fuerte el tema, pero no se justifica no haber llamado. Ella lo disculpó en parte, pero los padres de ella le dijeron que no se acercara porque lo iban a demandar por los malos ratos y le iban a poner una denuncia porque el era mayor de edad y ella menor de edad y la joven quería estar con él a pesar de todo. Pero él no se acercó por que lo iban a denunciar no, él no se acercó porque las mas perjudicada iba a ser ella y el no quiere hacerle daño, sólo amarla en silencio. Pero algunas veces se ven y el quiere que pasen dos años para que ella cumpla los 18 años de edad y estar con ella y así no tener problemas con la justicia y tampoco con la familia. El joven hará su vida y ella la suya pero él la esperará y después la buscará…
Todo esto va a que el amor no tiene limites. Sí puede tener tropezones y desilusiones, pero si uno quiere estar con una persona y la ama con ansias no te des por vencido nunca. Él está esperando a que pase el tiempo para estar con ella, no le importa nada mas que ella. Ella tocó su corazón como ninguna otra lo había tocado y fue la primera vez que pololea con alguien. Daría lo que fuera por ella, que estuviera contenta y la quiere ver feliz. Es mi historia.
AMOR SUECO-MEXICANO
AMOR SUECO-MEXICANO
Aquí dejo mi historia y espero que les guste. Yo soy Morena de México y mi amado es Khris de Suecia.
Todo empezó hace 3 años (2010), cuando decidí ingresara un dating site internacional con las intenciones de encontrar amigos de todo el mundo y practicar mi reducido ingles. Así que empecé la búsqueda y encontré el perfil de mi amado vikingo (Khris). Sus fotos no eran muy buenas, pero en sus ojos vi algo que llamo mi atención, así que decidí ingresar a su perfil para leer más sobre el y me interesó mucho su descripción y su personalidad que él escribió, así que decidí enviarle un mensaje. Pasaron algunos días y no recibí respuesta, incluso pensé que yo no le interesaba o que no había entendido mi pésimo ingles.
Días después me respondió. Él fue amable, trataba de responder a todos mis mensajes pero era muy desconfiado, escribía muy poco sobre él y solo respuestas cortas, hasta cierto punto parecía algo huraño. Al principio pensé que no le interesaba/gustaba pero aun así intercambiamos e-mails.
Pasaron algunos meses y perdimos contacto debido a mi exceso de trabajo. Yo daba por perdida esa “amistad”, cuando un día sin imaginarlo me llega un correo de él escrito en español diciéndome que me extrañaba y que no se atrevía a escribir antes en español pues aún estaba en un nivel básico (él nunca me había mencionado que estaba estudiando español). También me dijo que algún día le gustaría viajar a mi país para conocerme. La verdad es que en ese momento me emocione mucho y empezamos a escribir un poco más.
A finales del 2010 ya teníamos comunicación más frecuente y sabíamos un poco más el uno del otro a pesar de que su español era reducido. En el 2011 el ya sostenía una conversación por MSN en español más fluida conmigo y empezó a pensar un poco en viajar a México, pero no lo hizo porque temía por la reputación de mi país, pero sobretodo porque él siempre pensaba que era una estupidez y un riesgo muy grande viajar tan lejos para encontrarse con alguien a ciegas que al final podría resultar una decepción.
En el 2012 él estuvo de vacaciones en Cuba y pensó en viajar a México aprovechando la cercanía, pero tuvo algunos problemas con la visa cubana y no pudo salir del país, así que no fue posible encontrarnos. Cada día que pasaba nuestra amistad se hacía más estrecha, más comunicación, más confianza, compartíamos muchas cosas, empezamos a conversar por webcam, compartimos teléfonos, nos hicimos amigos en Facebook (pues el solo tiene amigos que conoce en persona), conocimos nuestras familias y amigos por fotos, nos enviamos paquetes, etc. Ambos empezamos a atraernos físicamente como interiormente, todo empezó a crecer y a hacerse más intenso día a día. Empezamos a querernos aun cuando no nos conocíamos. Él me mostró una infinita confianza pues hubo situaciones que nunca imagine que compartiría conmigo. En ese momento, él decidió que debía viajar a mi país para conocernos. Empezamos a hacer planes en junio del 2012, pero como todos, tuvimos muchos obstáculos, también problemas. Tuvimos fuertes peleas donde incluso nos dijimos adiós para siempre, pero no podíamos estar así y nos reconciliamos. Él me demostró su cariño y creí en él. Cada vez posponíamos nuestro encuentro por los problemas que tuvimos.
En diciembre del 2012 hablamos sobre nuestra situación y la necesidad de encontrarnos, así que él dijo que haría lo posible por encontrarnos en este mes (enero 2013). Yo estaba un poco decepcionada y perdía un poco mi fe de encontrarme con él, pues escribíamos desde hace 3 años y habíamos tenido tantos obstáculos para encontrarnos que no podía imaginar si algún día sería posible encontrarnos.
Todo cambio cuando una semana después de haber hablado sobre nuestra situación él me confirmo que me visitaría el mes siguiente (enero del 2013), pero yo no le creí. Entonces el me envió la reserva de su boleto de avión que ya había pagado, así como la reserva de hotel en mi ciudad. Yo estaba realmente feliz, en ese momento solo empezamos a contar los días para nuestro encuentro.
Llegó el 18 de enero del 2013 y todo cambió. El primer día de encuentro fue un poco difícil, estábamos nerviosos y temerosos de que alguno diaria que no es lo que esperábamos, pero poco a poco se rompió el hielo y nos hicimos la pregunta: “¿Soy lo que esperabas?” Yo le respondí que mucho más y el respondió lo mismo. Nuestras miradas se cruzaban de una manera intensa, el me sorprendió mucho con su español muy avanzado, podíamos comunicarnos perfectamente bien.
Al día siguiente el vino a mi casa, conoció a mi familia, él le agrado a ellos y ellos le agradaron a él. Pasamos un día inolvidable, lleno de pasión, amor y ternura. Creo que ya estamos perdidamente enamorados. Él ha contado a su madre todo lo que ha sucedido entre nosotros, actualmente él continua en mi país y aún no definimos nuestros planes a futuro. Quizá eso lo haremos antes de que parta a su país. Ahora solo disfrutamos de estar juntos, amarnos y vivir nuestro presente. Algunos no pueden creer como inició nuestra historia, pero mis amigos dicen que hacemos bonita pareja. Yo sé que es muy arriesgado conocer a alguien a ciegas, pues hay muchos peligros actualmente, pero hay que ser muy cuidadosos cuando encontramos a alguien en Internet. Hay que compartirlo con la familia pues ellos siempre estarán para apoyarnos. Yo compartía todo con mi madre desde que lo conocí en Internet y lo especial que era en mi vida. Mi vikingo y yo acordamos que para que todo funcionara debíamos hablarnos con la verdad y así ha sido. Honestidad es lo principal, no hay que describir algo que no somos, sino ser naturales y auténticos.
Hasta ahora la primera parte de mi historia tiene un final feliz, sé que aún falta mucho más, pero si lo nuestro es amor verdadero creo que podemos enfrentar cualquier obstáculo y estar juntos hasta el final. Doy gracias a Dios pues en el deposite toda mi confianza y mi situación, y hasta ahora soy dichosa por regalarme tanta felicidad que quizá no merezco. Dios los bendiga a todos en este sitio y que el final de sus historias siempre sea feliz.
SE FUE CON OTRA CUANDO HABÍAMOS CONSEGUIDO ESTAR JUNTOS
SE FUE CON OTRA CUANDO HABÍAMOS CONSEGUIDO ESTAR JUNTOS
Conocí a un muchacho por una pagina social que vivía en otra ciudad diferente a la mía Este chico me cayó muy bien. Empezamos conversando como amigos. Al poco tiempo tuvimos la oportunidad de conocernos, ya que vino a mi ciudad a visitar familiares. Ese día nos citamos en un centro comercial y conversamos muchísimo Me pareció una persona muy interesante e inteligente pero con pena de que no vivíamos en la misma ciudad.
Seguimos conversando hasta que otra vez se nos dio la oportunidad de vernos en otra ciudad (Manta) yo fui allá por un feriado con mi grupo de amigos y el fue a estar con su familia. La pasamos de maravilla y noté un particular acercamiento hacia mí… la atracción era mutua. Un par de meses mas tarde fui a visitarlo un fin de semana. Salimos a bailar, nos besamos, parecíamos dos enamorados.
Con el pasar de los meses seguimos en contacto. Para esto él quedó sin empleo y tuvo que irse a vivir con una familia que lo acogió. Sin embargo, tenia la esperanza de que la empresa donde trabajaba lo volviera a contratar. Fue un tiempo duro para el. Nos vimos un par de veces mas en mi ciudad y otra en otro viaje donde ocurrieron muchas cosas. Sin embargo, por cosas del destino, en mi trabajo necesitaban una persona que cumplía con su perfil, así que le comenté de la vacante y acepto venir a trabajar a mi ciudad… Mis expectativas con él crecieron ya que estando los dos en la misma ciudad las cosas podían darse mucho mejor y tener una relación “más real”, pero ocurrió lo inesperado.
En mi trabajo conoció a una chica con la que tenia relación directa de trabajo. Al parecer se gustaron y habían empezado a salir. Conmigo la relación cambio mucho, pues ya no hablábamos tanto como cuando estábamos en otra ciudad, y cuando lo hacíamos el solo me hablaba de trabajo y criticaba mucho la empresa donde estábamos Yo no lo veía mucho ya que yo estaba en las oficinas centrales y su trabajo era de campo.
En ese periodo me fui de vacaciones fuera del país y el aprovecho para coquetear y salir con esta chica. Al regresar vi de pura casualidad una foto en Facebook que se había ido de viaje con esta chica y un grupo de amigos del trabajo, lo que me hizo sospechar que algo había entre ellos, así que le comenté a su jefa (muy amiga mía y que conocía de nuestra relación) que me confirmara si había algo o no. Mi amiga lo confrontó y al principio lo negó pero luego se lo afirmo. Fue un duro golpe para mi.
Mi amiga le dijo que hablara conmigo y me lo dijera. Me llamó para tener una cita conmigo, pero luego puso pretextos para no ir. No me quiso dar la cara. Yo opté por escribirle una carta diciéndole que me había enterado de todo y que no quería saber de el. Fue una situación difícil ya que si bien no veía al fulano, a esta chica si la veía todos los días. Por suerte, al poco tiempo a él lo volvieron a llamar de su antiguo trabajo así que renunció y se fue de la ciudad y luego de un tiempo ella se cambió de trabajo y me enteré que ellos terminaron su relación y él quedó muy dolido.
Conocí a un muchacho por una pagina social que vivía en otra ciudad diferente a la mía Este chico me cayó muy bien. Empezamos conversando como amigos. Al poco tiempo tuvimos la oportunidad de conocernos, ya que vino a mi ciudad a visitar familiares. Ese día nos citamos en un centro comercial y conversamos muchísimo Me pareció una persona muy interesante e inteligente pero con pena de que no vivíamos en la misma ciudad.
Seguimos conversando hasta que otra vez se nos dio la oportunidad de vernos en otra ciudad (Manta) yo fui allá por un feriado con mi grupo de amigos y el fue a estar con su familia. La pasamos de maravilla y noté un particular acercamiento hacia mí… la atracción era mutua. Un par de meses mas tarde fui a visitarlo un fin de semana. Salimos a bailar, nos besamos, parecíamos dos enamorados.
Con el pasar de los meses seguimos en contacto. Para esto él quedó sin empleo y tuvo que irse a vivir con una familia que lo acogió. Sin embargo, tenia la esperanza de que la empresa donde trabajaba lo volviera a contratar. Fue un tiempo duro para el. Nos vimos un par de veces mas en mi ciudad y otra en otro viaje donde ocurrieron muchas cosas. Sin embargo, por cosas del destino, en mi trabajo necesitaban una persona que cumplía con su perfil, así que le comenté de la vacante y acepto venir a trabajar a mi ciudad… Mis expectativas con él crecieron ya que estando los dos en la misma ciudad las cosas podían darse mucho mejor y tener una relación “más real”, pero ocurrió lo inesperado.
En mi trabajo conoció a una chica con la que tenia relación directa de trabajo. Al parecer se gustaron y habían empezado a salir. Conmigo la relación cambio mucho, pues ya no hablábamos tanto como cuando estábamos en otra ciudad, y cuando lo hacíamos el solo me hablaba de trabajo y criticaba mucho la empresa donde estábamos Yo no lo veía mucho ya que yo estaba en las oficinas centrales y su trabajo era de campo.
En ese periodo me fui de vacaciones fuera del país y el aprovecho para coquetear y salir con esta chica. Al regresar vi de pura casualidad una foto en Facebook que se había ido de viaje con esta chica y un grupo de amigos del trabajo, lo que me hizo sospechar que algo había entre ellos, así que le comenté a su jefa (muy amiga mía y que conocía de nuestra relación) que me confirmara si había algo o no. Mi amiga lo confrontó y al principio lo negó pero luego se lo afirmo. Fue un duro golpe para mi.
Mi amiga le dijo que hablara conmigo y me lo dijera. Me llamó para tener una cita conmigo, pero luego puso pretextos para no ir. No me quiso dar la cara. Yo opté por escribirle una carta diciéndole que me había enterado de todo y que no quería saber de el. Fue una situación difícil ya que si bien no veía al fulano, a esta chica si la veía todos los días. Por suerte, al poco tiempo a él lo volvieron a llamar de su antiguo trabajo así que renunció y se fue de la ciudad y luego de un tiempo ella se cambió de trabajo y me enteré que ellos terminaron su relación y él quedó muy dolido.
¿AMOR O AMIGOS?
¿AMOR O AMIGOS?
Hola, mi nombre es Nicole y les contare mi hermosa o triste historia de amor. Todo comienza en el colegio donde estudié. En mi grupo de amigas había una llamada Marcela, ella era amiga de un niño llamado Esteban que venia ingresando recién a la enseñanza media y para mi era el ultimo año. Como todo adolescente teníamos una fiesta era el cumpleaños de mi mejor amiga. Aquel día nos reunimos muchos amigos y entre esos estaba el amigo de mi amiga, Esteban, el que les había contado. Esa noche la pase entre bien y mal, ya que andaba mi ex con otra chica. Casi me muero.
En fin, al finalizar la fiesta conocí sin querer a un chico llamado Daniel que para mas remate era el mejor amigo de Esteban. Era simpático, lindo y muy divertido. Él se fijo en mí y por lo que vi y sentí me quiso desde ese día. A la próxima semana empezaron los comentarios, el “por qué no le das una oportunidad” y todo eso que pasa cuando conoces a un chico. Pero yo no le presté importancia y nos empezamos a conocer como amigos. Me caía increíble pero solo eso, solo como amigo.
Al pasar los días en el colegio nos llevábamos increíble con Esteban, el amigo de mi amiga, y en tan poco tiempo nos hicimos inseparables. Como él era mas chico nos juntábamos en todos los recreos, nos reíamos mucho, con él se me iban toda las penas, era increíble. Para mi Esteban se fue convirtiendo en algo mas que un simple amigo, en mi mejor amigo. Cuando estaba con él no existía nadie mas, nos molestaban en ese modo de algo amoroso, pero a nosotros no nos importaba porque para nosotros nuestra amistad era única y nos daba lo mismo lo que dijeran o pensaran. Éramos simplemente felices estando juntos.
Al poco tiempo ese “Te quiero mucho”, se convirtió en un “Te amo”. Cada día a su lado era genial, nos reíamos de cosas ridículas. Escuchábamos música y teníamos un lugar solo de nosotros. Podíamos ser tal cual éramos, no aparentábamos nada, de verdad. Esto fue creciendo como la espuma o mas rápido.
Al mismo tiempo Daniel, el mejor amigo de Esteban, se me declaró y sé que su amor era verdadero, pero yo no tenia ojos ni oídos para nadie que no fuera mi amigo Esteban. Él fue el mejor amigo que tuve me escuchaba, me entendía, me aconsejaba, hasta que me empezó a hablar de su amigo Daniel. Me dijo que le diera una oportunidad y la cuestión. Que él era su amigo y estaba sufriendo. Yo lo escuche y bueno lo pensé y era lindo Daniel. “¿Por qué no?” Me dije.
Empezamos a salir y, la verdad, me gustaba. Mi amistad con Esteban cada vez era mas distante. Él me mandaba miles de mensajes diciendo que me extrañaba y yo a él; que me amaba y yo también. En unos de esos mensajes me decía que me amaba mas que una amiga, que yo era perfecta y que estaba enamorado de mí. ¡Mi amigo se había enamorado! ¿Y ahora qué haria? Sentí que lo había perdido, que había perdido al único y mejor amigo que había tenido.
Desde ese día todo cambio , comencé a pensar en Esteban mas de la cuenta, quizás como hombre, y Daniel, cómo le haría daño a la persona que solo deseaba mi felicidad. Pero Esteban era mucho mas importante en mi vida y en mi corazón. Decidí ignorar las palabras de Esteban y hacer como si nada había pasado, pero era imposible. Lo nuestro era lógico. Nos gustábamos y separarnos era aún peor. Nunca se toco el tema, pero las miradas lo decían todo. Un abrazo sin fin, miles de besitos en su carita y el en la mía.
Pero sólo había un problemita. Daniel, su mejor amigo y mi eterno enamorado. Sé que Esteban no haría nada por hacerle daño a su amigo y yo tampoco. Yo seguí con Daniel, pero los sentimientos con Esteban iban aumentando. Éramos aun más inseparables, pero eso a Daniel ya no le gustaba tanto. Es entonces cuando decidí terminar con él, vivir mi historia de amor y amistad con Esteban. Aunque no duro mucho, ya que tuve que dejar el colegio. Nos distanciamos, pero en mí vivirá siempre esta ilusión eterno amor. Aun al vernos en mucho tiempo sigue viva esa chispa de amor y amistad y lo especial que fue para ambos.
Hoy, después de 5 meses ya distanciados, supe que mi hermoso amigo se había enamorado. Pero lo genial es que es totalmente correspondido y nada les impide estar juntos. Yo estoy retomando mi historia con Daniel porque se que él me quiere mucho.
Me encantaría retroceder el tiempo y responder lo que muchas veces me pregunto Esteban “¿En qué sentido me amas?” y que yo nunca pude responder. Le diría que siempre lo amé de tres distintas formas: como mi mejor amigo ,como persona y como al chico mas hermoso del mundo. Pero hoy solo quedan los hermosos recuerdos, que para mi fueron los episodios mas maravillosos de mi vida.
Hola, mi nombre es Nicole y les contare mi hermosa o triste historia de amor. Todo comienza en el colegio donde estudié. En mi grupo de amigas había una llamada Marcela, ella era amiga de un niño llamado Esteban que venia ingresando recién a la enseñanza media y para mi era el ultimo año. Como todo adolescente teníamos una fiesta era el cumpleaños de mi mejor amiga. Aquel día nos reunimos muchos amigos y entre esos estaba el amigo de mi amiga, Esteban, el que les había contado. Esa noche la pase entre bien y mal, ya que andaba mi ex con otra chica. Casi me muero.
En fin, al finalizar la fiesta conocí sin querer a un chico llamado Daniel que para mas remate era el mejor amigo de Esteban. Era simpático, lindo y muy divertido. Él se fijo en mí y por lo que vi y sentí me quiso desde ese día. A la próxima semana empezaron los comentarios, el “por qué no le das una oportunidad” y todo eso que pasa cuando conoces a un chico. Pero yo no le presté importancia y nos empezamos a conocer como amigos. Me caía increíble pero solo eso, solo como amigo.
Al pasar los días en el colegio nos llevábamos increíble con Esteban, el amigo de mi amiga, y en tan poco tiempo nos hicimos inseparables. Como él era mas chico nos juntábamos en todos los recreos, nos reíamos mucho, con él se me iban toda las penas, era increíble. Para mi Esteban se fue convirtiendo en algo mas que un simple amigo, en mi mejor amigo. Cuando estaba con él no existía nadie mas, nos molestaban en ese modo de algo amoroso, pero a nosotros no nos importaba porque para nosotros nuestra amistad era única y nos daba lo mismo lo que dijeran o pensaran. Éramos simplemente felices estando juntos.
Al poco tiempo ese “Te quiero mucho”, se convirtió en un “Te amo”. Cada día a su lado era genial, nos reíamos de cosas ridículas. Escuchábamos música y teníamos un lugar solo de nosotros. Podíamos ser tal cual éramos, no aparentábamos nada, de verdad. Esto fue creciendo como la espuma o mas rápido.
Al mismo tiempo Daniel, el mejor amigo de Esteban, se me declaró y sé que su amor era verdadero, pero yo no tenia ojos ni oídos para nadie que no fuera mi amigo Esteban. Él fue el mejor amigo que tuve me escuchaba, me entendía, me aconsejaba, hasta que me empezó a hablar de su amigo Daniel. Me dijo que le diera una oportunidad y la cuestión. Que él era su amigo y estaba sufriendo. Yo lo escuche y bueno lo pensé y era lindo Daniel. “¿Por qué no?” Me dije.
Empezamos a salir y, la verdad, me gustaba. Mi amistad con Esteban cada vez era mas distante. Él me mandaba miles de mensajes diciendo que me extrañaba y yo a él; que me amaba y yo también. En unos de esos mensajes me decía que me amaba mas que una amiga, que yo era perfecta y que estaba enamorado de mí. ¡Mi amigo se había enamorado! ¿Y ahora qué haria? Sentí que lo había perdido, que había perdido al único y mejor amigo que había tenido.
Desde ese día todo cambio , comencé a pensar en Esteban mas de la cuenta, quizás como hombre, y Daniel, cómo le haría daño a la persona que solo deseaba mi felicidad. Pero Esteban era mucho mas importante en mi vida y en mi corazón. Decidí ignorar las palabras de Esteban y hacer como si nada había pasado, pero era imposible. Lo nuestro era lógico. Nos gustábamos y separarnos era aún peor. Nunca se toco el tema, pero las miradas lo decían todo. Un abrazo sin fin, miles de besitos en su carita y el en la mía.
Pero sólo había un problemita. Daniel, su mejor amigo y mi eterno enamorado. Sé que Esteban no haría nada por hacerle daño a su amigo y yo tampoco. Yo seguí con Daniel, pero los sentimientos con Esteban iban aumentando. Éramos aun más inseparables, pero eso a Daniel ya no le gustaba tanto. Es entonces cuando decidí terminar con él, vivir mi historia de amor y amistad con Esteban. Aunque no duro mucho, ya que tuve que dejar el colegio. Nos distanciamos, pero en mí vivirá siempre esta ilusión eterno amor. Aun al vernos en mucho tiempo sigue viva esa chispa de amor y amistad y lo especial que fue para ambos.
Hoy, después de 5 meses ya distanciados, supe que mi hermoso amigo se había enamorado. Pero lo genial es que es totalmente correspondido y nada les impide estar juntos. Yo estoy retomando mi historia con Daniel porque se que él me quiere mucho.
Me encantaría retroceder el tiempo y responder lo que muchas veces me pregunto Esteban “¿En qué sentido me amas?” y que yo nunca pude responder. Le diría que siempre lo amé de tres distintas formas: como mi mejor amigo ,como persona y como al chico mas hermoso del mundo. Pero hoy solo quedan los hermosos recuerdos, que para mi fueron los episodios mas maravillosos de mi vida.
CADA DOS AÑOS
CADA DOS AÑOS
Teníamos dos años cuando nos hicimos enemigos: yo lo amenazaba con quitarle las chuches y él a mí con tirarme del pelo. Dos años más tarde, empezamos el colegio y nos volvimos mejores amigos, no había quien nos separara ni un solo día. Entonces aprendí que no podría vivir sin él.
El tiempo siguió pasando y con 6 años volvimos a ser enemigos, eso sí, íntimos. Puede que nos peleáramos a cada segundo pero si alguno faltaba a clase, nuestras madres se veían obligadas a llamar a la otra para preguntarle qué había pasado y si eso no ocurría, ya podían atenerse a un día de horas y horas de llantos y berrinches.
Para variar, dos años más tarde, volvimos a ser amigos. Nos lo contábamos todo, compartíamos miedos, diversiones, aventuras e ilusiones. Él llegaría a ser un gran científico y yo una gran escritora. Estudiaríamos una carrera en la misma universidad y seríamos amigos para siempre. Sueños demasiado grandes para unos niños tan pequeños, pero éramos los “más listos” de la clase y nos lo creíamos. Con esa edad, todos los demás compañeros de clase empezaron a decir que éramos novios y nosotros, pasábamos de negarlo porque sabíamos que eso no era verdad.
Otros dos años y otra vez enemigos íntimos, aunque esta vez fue diferente. Ahora no nos peleábamos, sino que competíamos. Los dos éramos buenos, pero teníamos que superar al otro en cualquier cosa: notas, amigos, juguetes… todo. No importaba cual fuera el precio, lo importante era ganar. Posiblemente ahí se nos desarrolló la maldita competitividad que nos consume siempre que tenemos que participar en algo.
Doce años. Empieza el instituto y nosotros nos volvemos inseparables… pero yo me enamoro. Llegó un chico nuevo que me desestabilizó de una manera impresionante. Fue mi primer amor, el que me apartó de mis amigas de siempre e hirió a mi amigo en lo más profundo. Yo siempre había pasado de todos los que dijeron que mi amigo no me dejaba nunca porque le gustaba, pero ahora veo que era verdad y comprendo de qué forma le causé tanto daño. Él se hizo amigo del chico nuevo y los dos me lanzaban indirectas, pero yo solo veía las del nuevo y me asqueaban las de mi amigo. Y él lo sabía perfectamente, pues no hay nadie en este mundo que me conozca mejor.
Este chico nuevo, llamémosle Álvaro, me trataba como a una reina y me revolucionaba hormonas en el despertar de la adolescencia nada más verlo. Pero también hizo muchas otras cosas: me enemistó con todas mis amigas y apartó a mi mejor amigo convirtiéndolo en su coleguita al que le contaba “lo mucho que me gustaría comerle la boca a Clara” y pidiéndole que intercediera por él conmigo.
Con todos estos errores, terminó el curso y la cosa se enfrió sin que pasase nada con Álvaro. Pero ya era tarde porque yo estaba enamoradísima de él y no nos habíamos dado ni un beso. Por otro lado, mi amigo, digámosle Fran, decidió que esta vez no iba a aguantarlo más y nos distanciamos tanto que apenas hablábamos. Ese año fue muy duro para mí porque Álvaro no me hacía caso, Fran casi no me hablaba, mis amigas se habían peleado conmigo, era una empollona rodeada de maleantes y mi abuelo enfermó. El único que me dio apoyo fue mi otro mejor amigo, el que siempre estuvo más o menos presente y desde siempre fue como un hermano para mí, algo que nunca consideré a Fran.
Pero llegó el nuevo curso, teníamos casi 14 años y mucho cargo de conciencia. Así que yo, que seguía enamorada, decidí que era momento de recuperar a mi amigo e intentar conquistar a mi amado Álvaro. Pero, ¿qué conseguí? Pues conseguí muchísimo más de lo que esperaba: las mejores amigas del mundo, tener una relación cordial con Álvaro, formar una pandilla en la que estaba Fran y añadir una nueva componente que se estaba enrollando con Álvaro y le atraía Fran. Esa hija de la gran patria me destrozó porque yo había perdido a Álvaro por ser una estrecha y Fran era mío. Llamadme egoísta, pero Fran es mío y de nadie más.
Llegó el verano y parece que se le pasó el interés por mi Fran porque “se interesa demasiado por ti, aunque yo no sé qué te ve”. Así que se centró en el otro y en hacer que se me partiera el corazón. Cada vez que tonteaban Álvaro y ella, yo me deprimía y Fran acudía corriendo a animarme… hasta que un día pasó. Vi como Álvaro y ella se enrollaban. Automáticamente busqué a Fran y lo encontré recogiendo unas cosas para volver a casa del picnic que habíamos hecho la pandilla. Me lancé a sus brazos y lloré desconsoladamente mientras él me acurrucaba en su recién desarrollado cuerpo a la vez que me susurraba que me calmara. No sé cómo pasó pero de repente estaba dando mi primer beso. Fue un beso lento, suave e inexperto, pero el más hermoso que se pueda imaginar. El simple toque de sus labios fue suficiente para comprender que siempre lo había amado.
Meses más tarde, cuando comenzó el curso, nos hicimos novios pero la cosa no iba bien: no hablábamos, no nos habíamos vuelto a besar, ella había cortado con Álvaro y ahora se centraba en pillar a Fran. A los pocos meses cortamos y fue como una liberación porque esperaba recuperar al amigo. Pero ella se entrometió y ahí empezaron dos años de relación fría como un hielo cortante. Cada vez más y más cortante hasta que un día llegó lo que llamo “la gran pelea”. Fran me dijo todo aquello que sabía que más podía herirme en este mundo y yo hice lo mismo. Estuvimos casi un año entero sin hablarnos, sin mirarnos… como si no existiéramos el uno para el otro. Me levantaba pensando en él y me dormía llorando por él, pero el orgullo es muy fuerte y hasta que él cedió, no cedí. Había pasado dos años justos desde que nos peleamos. Volvían los buenos tiempos.
Aunque siguió existiendo cierta tensión durante un tiempo, recuperamos nuestra amistad y todo fue genial aunque no tan profundo como antaño. Pero pasaron otros dos años y volvíamos a pasar el uno del otro: estudios, compromisos, amigos fuera de la pandilla…
Entonces llegó la Universidad y nos fuimos a estudiar a la misma ciudad, como siempre fue nuestro sueño. Tocan los dos años buenos, aunque ya he consumido casi uno entero. Hablamos a todas horas, nos lo contamos todo… hemos vuelto a ser los mejores amigos… y algo más. Porque, a veces, pasa algo más. En ocasiones es sólo un roce al pasar por el lado y otras, una noche de mucho alcohol y poca ropa… pero cuando salta la chispa, es imposible para el incendio que surge entre nosotros. He perdido la cuenta de cuántas veces he dormido en casa de Fran o cuántas él en la mía. Había algo que nos impedía parar cuando empezábamos… o al menos eso pensaba porque ahora ese algo tiene nombre y apellidos. Se han enamorado, lleva un mes con ella… pero el viernes sigue “durmiendo” en mi casa. Sé que está mal y que nos podemos hacer mucho daño pero, lo siento, Fran es mío y a mí me gusta disfrutar de lo que me pertenece. Todavía queda mucho para que se acaben estos dos años.
Teníamos dos años cuando nos hicimos enemigos: yo lo amenazaba con quitarle las chuches y él a mí con tirarme del pelo. Dos años más tarde, empezamos el colegio y nos volvimos mejores amigos, no había quien nos separara ni un solo día. Entonces aprendí que no podría vivir sin él.
El tiempo siguió pasando y con 6 años volvimos a ser enemigos, eso sí, íntimos. Puede que nos peleáramos a cada segundo pero si alguno faltaba a clase, nuestras madres se veían obligadas a llamar a la otra para preguntarle qué había pasado y si eso no ocurría, ya podían atenerse a un día de horas y horas de llantos y berrinches.
Para variar, dos años más tarde, volvimos a ser amigos. Nos lo contábamos todo, compartíamos miedos, diversiones, aventuras e ilusiones. Él llegaría a ser un gran científico y yo una gran escritora. Estudiaríamos una carrera en la misma universidad y seríamos amigos para siempre. Sueños demasiado grandes para unos niños tan pequeños, pero éramos los “más listos” de la clase y nos lo creíamos. Con esa edad, todos los demás compañeros de clase empezaron a decir que éramos novios y nosotros, pasábamos de negarlo porque sabíamos que eso no era verdad.
Otros dos años y otra vez enemigos íntimos, aunque esta vez fue diferente. Ahora no nos peleábamos, sino que competíamos. Los dos éramos buenos, pero teníamos que superar al otro en cualquier cosa: notas, amigos, juguetes… todo. No importaba cual fuera el precio, lo importante era ganar. Posiblemente ahí se nos desarrolló la maldita competitividad que nos consume siempre que tenemos que participar en algo.
Doce años. Empieza el instituto y nosotros nos volvemos inseparables… pero yo me enamoro. Llegó un chico nuevo que me desestabilizó de una manera impresionante. Fue mi primer amor, el que me apartó de mis amigas de siempre e hirió a mi amigo en lo más profundo. Yo siempre había pasado de todos los que dijeron que mi amigo no me dejaba nunca porque le gustaba, pero ahora veo que era verdad y comprendo de qué forma le causé tanto daño. Él se hizo amigo del chico nuevo y los dos me lanzaban indirectas, pero yo solo veía las del nuevo y me asqueaban las de mi amigo. Y él lo sabía perfectamente, pues no hay nadie en este mundo que me conozca mejor.
Este chico nuevo, llamémosle Álvaro, me trataba como a una reina y me revolucionaba hormonas en el despertar de la adolescencia nada más verlo. Pero también hizo muchas otras cosas: me enemistó con todas mis amigas y apartó a mi mejor amigo convirtiéndolo en su coleguita al que le contaba “lo mucho que me gustaría comerle la boca a Clara” y pidiéndole que intercediera por él conmigo.
Con todos estos errores, terminó el curso y la cosa se enfrió sin que pasase nada con Álvaro. Pero ya era tarde porque yo estaba enamoradísima de él y no nos habíamos dado ni un beso. Por otro lado, mi amigo, digámosle Fran, decidió que esta vez no iba a aguantarlo más y nos distanciamos tanto que apenas hablábamos. Ese año fue muy duro para mí porque Álvaro no me hacía caso, Fran casi no me hablaba, mis amigas se habían peleado conmigo, era una empollona rodeada de maleantes y mi abuelo enfermó. El único que me dio apoyo fue mi otro mejor amigo, el que siempre estuvo más o menos presente y desde siempre fue como un hermano para mí, algo que nunca consideré a Fran.
Pero llegó el nuevo curso, teníamos casi 14 años y mucho cargo de conciencia. Así que yo, que seguía enamorada, decidí que era momento de recuperar a mi amigo e intentar conquistar a mi amado Álvaro. Pero, ¿qué conseguí? Pues conseguí muchísimo más de lo que esperaba: las mejores amigas del mundo, tener una relación cordial con Álvaro, formar una pandilla en la que estaba Fran y añadir una nueva componente que se estaba enrollando con Álvaro y le atraía Fran. Esa hija de la gran patria me destrozó porque yo había perdido a Álvaro por ser una estrecha y Fran era mío. Llamadme egoísta, pero Fran es mío y de nadie más.
Llegó el verano y parece que se le pasó el interés por mi Fran porque “se interesa demasiado por ti, aunque yo no sé qué te ve”. Así que se centró en el otro y en hacer que se me partiera el corazón. Cada vez que tonteaban Álvaro y ella, yo me deprimía y Fran acudía corriendo a animarme… hasta que un día pasó. Vi como Álvaro y ella se enrollaban. Automáticamente busqué a Fran y lo encontré recogiendo unas cosas para volver a casa del picnic que habíamos hecho la pandilla. Me lancé a sus brazos y lloré desconsoladamente mientras él me acurrucaba en su recién desarrollado cuerpo a la vez que me susurraba que me calmara. No sé cómo pasó pero de repente estaba dando mi primer beso. Fue un beso lento, suave e inexperto, pero el más hermoso que se pueda imaginar. El simple toque de sus labios fue suficiente para comprender que siempre lo había amado.
Meses más tarde, cuando comenzó el curso, nos hicimos novios pero la cosa no iba bien: no hablábamos, no nos habíamos vuelto a besar, ella había cortado con Álvaro y ahora se centraba en pillar a Fran. A los pocos meses cortamos y fue como una liberación porque esperaba recuperar al amigo. Pero ella se entrometió y ahí empezaron dos años de relación fría como un hielo cortante. Cada vez más y más cortante hasta que un día llegó lo que llamo “la gran pelea”. Fran me dijo todo aquello que sabía que más podía herirme en este mundo y yo hice lo mismo. Estuvimos casi un año entero sin hablarnos, sin mirarnos… como si no existiéramos el uno para el otro. Me levantaba pensando en él y me dormía llorando por él, pero el orgullo es muy fuerte y hasta que él cedió, no cedí. Había pasado dos años justos desde que nos peleamos. Volvían los buenos tiempos.
Aunque siguió existiendo cierta tensión durante un tiempo, recuperamos nuestra amistad y todo fue genial aunque no tan profundo como antaño. Pero pasaron otros dos años y volvíamos a pasar el uno del otro: estudios, compromisos, amigos fuera de la pandilla…
Entonces llegó la Universidad y nos fuimos a estudiar a la misma ciudad, como siempre fue nuestro sueño. Tocan los dos años buenos, aunque ya he consumido casi uno entero. Hablamos a todas horas, nos lo contamos todo… hemos vuelto a ser los mejores amigos… y algo más. Porque, a veces, pasa algo más. En ocasiones es sólo un roce al pasar por el lado y otras, una noche de mucho alcohol y poca ropa… pero cuando salta la chispa, es imposible para el incendio que surge entre nosotros. He perdido la cuenta de cuántas veces he dormido en casa de Fran o cuántas él en la mía. Había algo que nos impedía parar cuando empezábamos… o al menos eso pensaba porque ahora ese algo tiene nombre y apellidos. Se han enamorado, lleva un mes con ella… pero el viernes sigue “durmiendo” en mi casa. Sé que está mal y que nos podemos hacer mucho daño pero, lo siento, Fran es mío y a mí me gusta disfrutar de lo que me pertenece. Todavía queda mucho para que se acaben estos dos años.
LO AMO Y SÉ QUE ÉL ME AMA
LO AMO Y SÉ QUE ÉL ME AMA
Mi historia inicia así hace mucho porque conocí un chico por Internet. Él es de Corea del Sur, pero vivía en México. Se llama Park y nos hicimos muy buenos amigos. Él me contaba que chicas del Facebook le gustaban y yo le contaba que chicos de mi ciudad y del Facebook me gustaban.
A los tres meses, una tarde el me hablo sobre una chica que le gustaba mucho. Él no sabía qué hacer para que esa chica le pusiera atención, así que me pidió algunos consejos. Esa tarde duré una hora dándole consejos para conquistarla por Facebook.
A los pocos días el me confesó que yo era la chica que le gustaba tanto. La verdad me quede atónita porque yo sabía que tipo de chico era él y sabia que él no era mi tipo. Así que le dije que no se ilusionara, que yo lo veía como un simple amigo.
Así siguió por 6 meses diciéndome que le diera una oportunidad, así que yo le dije que si viajaba a mi país yo le daría una oportunidad. Lo que me sorprendió fue que a los dos meses llegó a mi país (Colombia). me sorprendí cuando lo vi en la iglesia adonde yo asistía.
Así pasaron tres semanas. Él se porto súper, aunque a veces me sacaba de quicio porque era un Don Juan. Poco después tuvo que volver a México. La verdad, me di de cuenta que lo amaba enserio. Entre él y yo habían pasado muchas cosas…
Seguimos con nuestra relación por Facebook, chateábamos horas. En realidad, estaba completamente ilusionada con él, hasta que de un momento a otro ese príncipe empezó a mostrarse tal y como era. Me dio más de una desilusión hasta que después de dos meses supe que el ya tenía novia hacia algunos meses atrás.
Cuando Park me termino me sentí muy mal no quería nada… paso una semana y una tarde estaba chateando con unos amigos que vivían en Corea del Sur. Uno de ellos era de París, se llama Lían y otro si es de Corea, se llama Hyun Lee. Ellos son muy amigos y estudian arquitectura y diseño gráfico en la misma universidad. Me decían que me olvidara de Park, que nunca me mereció. Esa tarde me empezaron a hablar de una amigo que vivía con ellos. Me decían que vio mis fotos y quedo fascinado. La verdad, no le puse mucha atención hasta que poco tiempo después Hyun Lee me dio el correo de su amigo Kim, el chico al cual yo le gustaba.
Ese día chateamos por horas. Él me contó sobre su vida y yo le dije algunas cosas de mi vida personalmente no confiaba porque en Internet se ven tantas cosas que… A los pocos días él se conectó y yo estaba terminando un trabajo del colegio cuando empezamos a chatear. Ese día Kim se declaró, me dijo que se había enamorado, que no tenía ninguna duda que él creía en el amor a primera vista, aunque yo solo sentía un gusto por él, que no era muy serio. la verdad, me impresionó. Empecé a ver en Kim una nueva oportunidad de amar…
Poco después me pidió que fuera su novia, a lo cual acepte emocionada. en ese poco tiempo me había empezado a atraer mucho mas… llevábamos días de novios y mi ex Park apareció diciéndome que volviera con el que me extrañaba a lo cual yo por supuesto no le creí lo odiaba; y empezaba a amar a Kim . para entonces mi ex dejo de molestar y me dijo que quería que yo fuera feliz…
Pasaron semanas y yo estaba más me enamoraba de Kim de sus detalles de su romanticismo chateábamos por horas y horas… Él lo es todo para mí. A las semanas, una tarde él se conectó. Estábamos chateando y lo note un tanto raro en la forma que se expresaba, así que le pregunte que le pasaba y me dijo que no me podía mentir, que estaba mal porque la hermana de uno de sus mejores amigos había tenido un accidente y que su amigo estaba muy mal. Esa tarde me preocupe muchísimo. Pasaron los días y la salud de la chica empeoró tanto que se la llevaron a Estados Unidos.
Una mañana, en el colegio, mis mejores amigas, que también son las integrantes de mi banda me contaron que el que había tenido el accidente había sido Kim y que la persona con la que yo había chateado había sido Hyun Lee. Ese día sentí que el mundo se me venía encima, me sentía mal, no sabía si correr o gritar. Lo único que pude hacer fue llorar y orar para que estuviese bien. Pasaron los días y más preocupada estaba yo, hasta que un día me enviaron un mensaje. Lo vi y era Kim diciéndome que estaba bien, que me amaba, que pronto se conectaría… Ese día sentí como mi alma regresaba a mi cuerpo. Así pasaron dos días y él se conectó. Chateamos. Le vi, estaba muy mal y ese día me pidió matrimonio. Creí estar soñando.
Y así han pasado ya dos meses y aún sigo con el amor de mi vida. Pronto vendrá y estoy emocionada. Lo amo y sé que él me ama. Lo único que quiero es pasar la vida junto a la persona que más amo.
Mi historia inicia así hace mucho porque conocí un chico por Internet. Él es de Corea del Sur, pero vivía en México. Se llama Park y nos hicimos muy buenos amigos. Él me contaba que chicas del Facebook le gustaban y yo le contaba que chicos de mi ciudad y del Facebook me gustaban.
A los tres meses, una tarde el me hablo sobre una chica que le gustaba mucho. Él no sabía qué hacer para que esa chica le pusiera atención, así que me pidió algunos consejos. Esa tarde duré una hora dándole consejos para conquistarla por Facebook.
A los pocos días el me confesó que yo era la chica que le gustaba tanto. La verdad me quede atónita porque yo sabía que tipo de chico era él y sabia que él no era mi tipo. Así que le dije que no se ilusionara, que yo lo veía como un simple amigo.
Así siguió por 6 meses diciéndome que le diera una oportunidad, así que yo le dije que si viajaba a mi país yo le daría una oportunidad. Lo que me sorprendió fue que a los dos meses llegó a mi país (Colombia). me sorprendí cuando lo vi en la iglesia adonde yo asistía.
Así pasaron tres semanas. Él se porto súper, aunque a veces me sacaba de quicio porque era un Don Juan. Poco después tuvo que volver a México. La verdad, me di de cuenta que lo amaba enserio. Entre él y yo habían pasado muchas cosas…
Seguimos con nuestra relación por Facebook, chateábamos horas. En realidad, estaba completamente ilusionada con él, hasta que de un momento a otro ese príncipe empezó a mostrarse tal y como era. Me dio más de una desilusión hasta que después de dos meses supe que el ya tenía novia hacia algunos meses atrás.
Cuando Park me termino me sentí muy mal no quería nada… paso una semana y una tarde estaba chateando con unos amigos que vivían en Corea del Sur. Uno de ellos era de París, se llama Lían y otro si es de Corea, se llama Hyun Lee. Ellos son muy amigos y estudian arquitectura y diseño gráfico en la misma universidad. Me decían que me olvidara de Park, que nunca me mereció. Esa tarde me empezaron a hablar de una amigo que vivía con ellos. Me decían que vio mis fotos y quedo fascinado. La verdad, no le puse mucha atención hasta que poco tiempo después Hyun Lee me dio el correo de su amigo Kim, el chico al cual yo le gustaba.
Ese día chateamos por horas. Él me contó sobre su vida y yo le dije algunas cosas de mi vida personalmente no confiaba porque en Internet se ven tantas cosas que… A los pocos días él se conectó y yo estaba terminando un trabajo del colegio cuando empezamos a chatear. Ese día Kim se declaró, me dijo que se había enamorado, que no tenía ninguna duda que él creía en el amor a primera vista, aunque yo solo sentía un gusto por él, que no era muy serio. la verdad, me impresionó. Empecé a ver en Kim una nueva oportunidad de amar…
Poco después me pidió que fuera su novia, a lo cual acepte emocionada. en ese poco tiempo me había empezado a atraer mucho mas… llevábamos días de novios y mi ex Park apareció diciéndome que volviera con el que me extrañaba a lo cual yo por supuesto no le creí lo odiaba; y empezaba a amar a Kim . para entonces mi ex dejo de molestar y me dijo que quería que yo fuera feliz…
Pasaron semanas y yo estaba más me enamoraba de Kim de sus detalles de su romanticismo chateábamos por horas y horas… Él lo es todo para mí. A las semanas, una tarde él se conectó. Estábamos chateando y lo note un tanto raro en la forma que se expresaba, así que le pregunte que le pasaba y me dijo que no me podía mentir, que estaba mal porque la hermana de uno de sus mejores amigos había tenido un accidente y que su amigo estaba muy mal. Esa tarde me preocupe muchísimo. Pasaron los días y la salud de la chica empeoró tanto que se la llevaron a Estados Unidos.
Una mañana, en el colegio, mis mejores amigas, que también son las integrantes de mi banda me contaron que el que había tenido el accidente había sido Kim y que la persona con la que yo había chateado había sido Hyun Lee. Ese día sentí que el mundo se me venía encima, me sentía mal, no sabía si correr o gritar. Lo único que pude hacer fue llorar y orar para que estuviese bien. Pasaron los días y más preocupada estaba yo, hasta que un día me enviaron un mensaje. Lo vi y era Kim diciéndome que estaba bien, que me amaba, que pronto se conectaría… Ese día sentí como mi alma regresaba a mi cuerpo. Así pasaron dos días y él se conectó. Chateamos. Le vi, estaba muy mal y ese día me pidió matrimonio. Creí estar soñando.
Y así han pasado ya dos meses y aún sigo con el amor de mi vida. Pronto vendrá y estoy emocionada. Lo amo y sé que él me ama. Lo único que quiero es pasar la vida junto a la persona que más amo.
LO SIENTO POR LOS DEMÁS, PERO ES TIEMPO DE LUCHAR POR MI AMOR
LO SIENTO POR LOS DEMÁS, PERO ES TIEMPO DE LUCHAR POR MI AMOR
Hola. Mi nombre es Carolina. La verdad, mi historia de amor es muy rara, pero me dio mucha nostalgia poder leer historias que quizás ayuden a otras personas a ver lo que el amor puede lograr. Espero que mi historia sea publicada porque puede ayudar a otras personas a que se animen y no renuncien a lo que quieren.
Todo comenzó en mi universidad. Yo estaba muy tranquila, los primeros semestres no quería ninguna relación, puesto que mis anteriores relaciones no fueron buenas. Carlos sigue mi misma carrera. Para el tercer nivel de mi carrera los dos cogimos una materia juntos, no nos conocíamos. Desde el instante que él me vio se enamoró de mí, pero él es tan tímido que nunca se me acercó.
Pasó el tiempo y yo ya no lo volví a ver. La verdad, al principio ni siquiera me había fijado que él se interesó en mí. Al contrario, yo estaba muy feliz soltera. Todo cambio después que de un tiempo yo lo volví a ver en la universidad. Me gustó mucho, pero nunca dije nada. preferí mantenerlo en secreto.
Tenía una compañera en mi clase. A ella le gustaba mucho un chico. Ella me lo contó varias veces y estuvo muy ilusionada con él, hasta el punto que ambos tenían una clase juntos y fue una tarde que salieron entre amigos y ellos se besaron. Ella contó que estaba un poco pasada de tragos, pero es tanto el amor que ella tiene hacia él que lo hizo tan público. Se ilusionó de una manera obsesiva. Yo no sabía que él era Carlos. Para ese entonces lo descubrí. Me dolió mucho porque me gustaba, pero decidí alejarme.
Tuvieron que pasar dos años para yo enterarme por una amiga que él siempre estuvo enamorado de mi, pero nunca me lo dijo. Yo sabía que a mi compañera le gustaba mucho y yo continué con la idea de darle ánimos, que no se rindiera, que luchara por lo que quería sin pensar en que estaba sufriendo por dentro (cabe recalcar que ellos solo se besaron una vez y nunca fueron novios porque él no la quería, el sólo la veía como una gran amiga).
Pasaba el tiempo y ambos sufríamos sin saber que podíamos estar juntos, pero a la vez mucha gente se interponía entre nosotros. Hasta que un día, él me envió una invitación al Facebook. Yo acepté y comenzamos a escribirnos. Todo fue tan rápido: Nos reíamos mucho, conversábamos muchas cosas y ahí fui que decidí aceptar de nuevo el amor a mi vida, aunque tuve que lastimar a muchas personas, sobre todo a mi compañera.
Lo mantuvimos en secreto por la decisión que yo tome de no decirlo a nadie, pero así no funcionó. Las cosas al final se descubrieron. Mi compañera sufrió mucho. Yo sé qué le hice daño, que la lastimé y tan bien por eso me llegué a sentir tan mal, porque yo nunca he hecho algo así. Ella es muy vengativa y trató de decirle a todo el mundo que yo era una malvada y muchas cosas más que hicieron que todas las personas que me llevara ya dejaran de hablarme.
Al principio sufrí mucho, pensé en dejar a Carlos y así fue termine con él. Por pensar más en los demás que en mí. Yo sé que cometí un error, como todo ser humano, que la lastimé mucho, que el amor es así. Tú no escoges de quien enamorarte, pero todo lo malo que hice pagué, porque ella logró que muchas personas estuvieran en mi contra. Hizo todo lo posible para que yo me quedara sola y acepto que me lo merecía, pero yo nunca quise quitarle al amor de su vida. Carlos nunca estuvo enamorado de ella y él habló con ella, le dijo que solo la veía como amiga y que lo que paso entre ellos ese día fue porque estaban pasados de tragos.
Carlos y yo luchamos sobre muchas personas que quisieron dañar nuestra relación, pero seguimos adelante. Yo a él lo amo y nunca había sentido algo tan grande que siento que diosito me quito a muchas personas de mi vida, pero lo dejo a él. Espero que nuestra relación no se dañe y continúe así, aunque tengamos que soportar criticas. Yo renuncié a todo por él, porque lo amo y, en verdad, me enamoré.
Yo pensé que nunca iba a encontrar alguien en mi vida, pero es cuestión de esperar. El amor solo llega a tu puerta y es Dios quien pone a la persona indicada en tu camino. Yo aguanté mucho tiempo, al igual que él, para darnos cuenta que nos queríamos. Aunque dañamos a muchas personas, pero no de mala intención, hoy somos felices y espero que
él me siga queriendo, como hasta el día de hoy me lo ha demostrado.
Hablamos de casarnos y muchos planes que tenemos para el futuro, pero debemos ir cosechando nuestro amor y soportar lo que venga para luchar juntos por lo que queremos. Lo siento por las personas a las que les hice mal, pero era tiempo de que yo luchara por mi amor. Siempre estuve pendiente en que los demás fueran felices que yo nunca lo fui. Por primera vez en mi vida siento que lo soy. No sé cuánto dure si seguiré con él o no, pero lo que sí sé es que vamos a luchar juntos para que esto no termine nunca.
Traten de luchar siempre por lo que quieren con toda el alma y nunca escondan una relación como yo lo hice. Eso estuvo mal porque a la final la verdad siempre sale a luz. No me arrepiento de nada porque descubrí el amor, pero sí le pido a Dios que me perdone por el mal que he hecho a otras personas. Espero que mi historia les permita luchar por lo que quieren y nunca rendirse.
Hola. Mi nombre es Carolina. La verdad, mi historia de amor es muy rara, pero me dio mucha nostalgia poder leer historias que quizás ayuden a otras personas a ver lo que el amor puede lograr. Espero que mi historia sea publicada porque puede ayudar a otras personas a que se animen y no renuncien a lo que quieren.
Todo comenzó en mi universidad. Yo estaba muy tranquila, los primeros semestres no quería ninguna relación, puesto que mis anteriores relaciones no fueron buenas. Carlos sigue mi misma carrera. Para el tercer nivel de mi carrera los dos cogimos una materia juntos, no nos conocíamos. Desde el instante que él me vio se enamoró de mí, pero él es tan tímido que nunca se me acercó.
Pasó el tiempo y yo ya no lo volví a ver. La verdad, al principio ni siquiera me había fijado que él se interesó en mí. Al contrario, yo estaba muy feliz soltera. Todo cambio después que de un tiempo yo lo volví a ver en la universidad. Me gustó mucho, pero nunca dije nada. preferí mantenerlo en secreto.
Tenía una compañera en mi clase. A ella le gustaba mucho un chico. Ella me lo contó varias veces y estuvo muy ilusionada con él, hasta el punto que ambos tenían una clase juntos y fue una tarde que salieron entre amigos y ellos se besaron. Ella contó que estaba un poco pasada de tragos, pero es tanto el amor que ella tiene hacia él que lo hizo tan público. Se ilusionó de una manera obsesiva. Yo no sabía que él era Carlos. Para ese entonces lo descubrí. Me dolió mucho porque me gustaba, pero decidí alejarme.
Tuvieron que pasar dos años para yo enterarme por una amiga que él siempre estuvo enamorado de mi, pero nunca me lo dijo. Yo sabía que a mi compañera le gustaba mucho y yo continué con la idea de darle ánimos, que no se rindiera, que luchara por lo que quería sin pensar en que estaba sufriendo por dentro (cabe recalcar que ellos solo se besaron una vez y nunca fueron novios porque él no la quería, el sólo la veía como una gran amiga).
Pasaba el tiempo y ambos sufríamos sin saber que podíamos estar juntos, pero a la vez mucha gente se interponía entre nosotros. Hasta que un día, él me envió una invitación al Facebook. Yo acepté y comenzamos a escribirnos. Todo fue tan rápido: Nos reíamos mucho, conversábamos muchas cosas y ahí fui que decidí aceptar de nuevo el amor a mi vida, aunque tuve que lastimar a muchas personas, sobre todo a mi compañera.
Lo mantuvimos en secreto por la decisión que yo tome de no decirlo a nadie, pero así no funcionó. Las cosas al final se descubrieron. Mi compañera sufrió mucho. Yo sé qué le hice daño, que la lastimé y tan bien por eso me llegué a sentir tan mal, porque yo nunca he hecho algo así. Ella es muy vengativa y trató de decirle a todo el mundo que yo era una malvada y muchas cosas más que hicieron que todas las personas que me llevara ya dejaran de hablarme.
Al principio sufrí mucho, pensé en dejar a Carlos y así fue termine con él. Por pensar más en los demás que en mí. Yo sé que cometí un error, como todo ser humano, que la lastimé mucho, que el amor es así. Tú no escoges de quien enamorarte, pero todo lo malo que hice pagué, porque ella logró que muchas personas estuvieran en mi contra. Hizo todo lo posible para que yo me quedara sola y acepto que me lo merecía, pero yo nunca quise quitarle al amor de su vida. Carlos nunca estuvo enamorado de ella y él habló con ella, le dijo que solo la veía como amiga y que lo que paso entre ellos ese día fue porque estaban pasados de tragos.
Carlos y yo luchamos sobre muchas personas que quisieron dañar nuestra relación, pero seguimos adelante. Yo a él lo amo y nunca había sentido algo tan grande que siento que diosito me quito a muchas personas de mi vida, pero lo dejo a él. Espero que nuestra relación no se dañe y continúe así, aunque tengamos que soportar criticas. Yo renuncié a todo por él, porque lo amo y, en verdad, me enamoré.
Yo pensé que nunca iba a encontrar alguien en mi vida, pero es cuestión de esperar. El amor solo llega a tu puerta y es Dios quien pone a la persona indicada en tu camino. Yo aguanté mucho tiempo, al igual que él, para darnos cuenta que nos queríamos. Aunque dañamos a muchas personas, pero no de mala intención, hoy somos felices y espero que
él me siga queriendo, como hasta el día de hoy me lo ha demostrado.
Hablamos de casarnos y muchos planes que tenemos para el futuro, pero debemos ir cosechando nuestro amor y soportar lo que venga para luchar juntos por lo que queremos. Lo siento por las personas a las que les hice mal, pero era tiempo de que yo luchara por mi amor. Siempre estuve pendiente en que los demás fueran felices que yo nunca lo fui. Por primera vez en mi vida siento que lo soy. No sé cuánto dure si seguiré con él o no, pero lo que sí sé es que vamos a luchar juntos para que esto no termine nunca.
Traten de luchar siempre por lo que quieren con toda el alma y nunca escondan una relación como yo lo hice. Eso estuvo mal porque a la final la verdad siempre sale a luz. No me arrepiento de nada porque descubrí el amor, pero sí le pido a Dios que me perdone por el mal que he hecho a otras personas. Espero que mi historia les permita luchar por lo que quieren y nunca rendirse.
NO SÉ SI ES UN AMOR PLATÓNICO
NO SÉ SI ES UN AMOR PLATÓNICO
Hola a todos. Mi historia es la siguiente. Hace más o menos 2 años y algo conocí a un hombre que desde el primer momento que lo vi me gusto. Sentí una atracción inmediata cuando me saludó y su mano por primera vez tocaba la mía. Lo incomodo de esta situación es que conocí a este hombre a través de mi actual pareja.
Conocí a Gabriel un mes de septiembre cuando se celebraba el día del amor y la amistad acá en mi país, cuando el inauguraba su bar. Esa noche no le quité los ojos de encima, recuerdo que estaba todo vestido de blanco, su cabello totalmente negro como el carbón y sus ojos color miel hacían un contraste genial. No sé si mi novio se dio cuenta del impacto que me causó. Probablemente no; ya que yo en esas cuestiones sé disimular muy bien para no ser tan evidente. Quería saberlo todo acerca de Gabriel y con mucho tacto le hice varias preguntas a mi novio sobre él. La única información que obtuve era que él trabajaba también como comerciante en el mismo centro comercial que trabaja mi novio también en un negocio propio. En fin, también supe que estaba separado y que tenia a sus dos hijos a su cargo, ya que le habían otorgado la custodia total de sus hijos. Eso es algo que no entendí muy bien ya que eso es difícil que suceda y que en ese momento no tenia pareja. Eso fue todo lo que pude averiguar; eso sí siendo lo más discreta posible.
De ahí en adelante frecuentamos algunas veces su negocio del bar los fines de semana y no niego que cuando mi novio me decía o me dice que íbamos a ir allá, los ojos se me iluminan como los de una niña en una dulcería. Algunas veces estaba, otras no. Me imagino que debe ser complicado trabajar en el día y parte de la noche también.
En fin, este ultimo diciembre que pasó, mi novio me pidió que le ayudara en su negocio debido a que había mucho trabajo y a veces no había quien le echara una mano. Yo acepté para ayudarle un poco, hasta que supe donde era el local de Gabriel en el centro comercial. Varias veces me lo topé. Entre las cosas que hacia cuando le ayudaba a mi pareja, era cobrar dinero que los demás locales debían por alguna cosa que mi novio les vendía o arreglaba y no era pagada en el momento. Se cobraba al final del día. En varias ocasiones tuve que ir donde Gabriel, tratando de ser lo más natural posible, ya que alrededor había muchos ojos posados sobre nosotros. En especial en mí, ya que mi novio es muy conocido en el centro comercial y por ende también yo, que soy su novia ya muchos me distinguen y me relacionan con él, sentía un no sé que, en un no sé donde, cada vez que sus mirada se cruzaba con la mía. Es como si el mundo se detuviera en ese instante. Hasta ahora es un misterio para mi si alguien sospecha o sospechó de mi actitud frente a Gabriel.
El único chance que tuve de hablar con él sin la mirada inquisidora de nadie, y sin los oídos de los demás escuchando mis palabras hacia él fue un día que agregue su pin del celular en el mío. Lo saqué del teléfono de mi pareja hace varios meses esperando el momento oportuno para agregarlo y poder conversar “a solas”. Pero cuando lo hice- eso sí, después de meditarlo mucho- me invadió mucho temor, como por ejemplo: “¿Y ahora qué digo?, ¿me aceptara como contacto? Mierda, mierda”, pensaba.
Hasta que con la excusa de un partido de fútbol que se jugaría el fin de semana, me atreví a preguntarle si lo transmitirían en su bar, porque quería ir con unas amigas (vaya mentira porque casi no tengo amigas). Su respuesta no se hizo esperar y me dijo que sí y con mucho gusto nos atendería.
Ahí se quedo la dichosa conversación y me pudo la cobardía y el miedo de ser descubierta por mi novio o, peor aún, que Gabriel le mostrara a mi pareja lo que yo le escribía por miedo de quedar mal. Es mas, no sé si a estas alturas se lo habrá dicho. Mi novio es muy poco comunicativo y casi no entra en detalles de nada y nuestra relación de 5 años cada vez se vuelve más monótona y aburrida y con muchos vacios que no entrare en pormenores ahora porque eso ya es otra situación. Tal vez debido a eso yo busqué soñar con otro hombre. Tal vez por eso me gusta tanto Gabriel que aunque no lo conozca muy bien, sé que tiene una energía muy especial, ya que eso si lo he sentido. Y yo, que pensaba que estas cosas solo pasaban en la adolescencia, ahora me doy cuenta que todo cambia. Año tras año uno madura mas, adquiere experiencia, se vuelve independiente, pero nunca, nunca se deja de soñar, especialmente cuando de repente me acuerdo de Gabriel y se me escapa una sonrisa como una niña traviesa. La verdad no sé si solo sea un amor platónico, un sueño o que simplemente idealicé a Gabriel. Estoy completamente segura que él no sabe nada y no se algún día tenga valor para poder decirle que me gusta mucho, que daría lo que fuera tan solo por un beso suyo y que ha despertado en mí sensaciones que pensé nunca más volver a sentir, que inventé un mundo solo para los dos donde nadie puede vernos ni escucharnos.
Si existen otras vidas, o reencarnaciones, quizás en una vida anterior nos conocimos y nos amamos, y por eso siento esa energía de parte suya o, si no, en una próxima vida nos encontraremos de nuevo. Ojalá las condiciones sean otras y nuestras vidas se pudieran unir. Mientras tanto tendré que conformarme con verlo y guardar celosamente este secreto.
Hola a todos. Mi historia es la siguiente. Hace más o menos 2 años y algo conocí a un hombre que desde el primer momento que lo vi me gusto. Sentí una atracción inmediata cuando me saludó y su mano por primera vez tocaba la mía. Lo incomodo de esta situación es que conocí a este hombre a través de mi actual pareja.
Conocí a Gabriel un mes de septiembre cuando se celebraba el día del amor y la amistad acá en mi país, cuando el inauguraba su bar. Esa noche no le quité los ojos de encima, recuerdo que estaba todo vestido de blanco, su cabello totalmente negro como el carbón y sus ojos color miel hacían un contraste genial. No sé si mi novio se dio cuenta del impacto que me causó. Probablemente no; ya que yo en esas cuestiones sé disimular muy bien para no ser tan evidente. Quería saberlo todo acerca de Gabriel y con mucho tacto le hice varias preguntas a mi novio sobre él. La única información que obtuve era que él trabajaba también como comerciante en el mismo centro comercial que trabaja mi novio también en un negocio propio. En fin, también supe que estaba separado y que tenia a sus dos hijos a su cargo, ya que le habían otorgado la custodia total de sus hijos. Eso es algo que no entendí muy bien ya que eso es difícil que suceda y que en ese momento no tenia pareja. Eso fue todo lo que pude averiguar; eso sí siendo lo más discreta posible.
De ahí en adelante frecuentamos algunas veces su negocio del bar los fines de semana y no niego que cuando mi novio me decía o me dice que íbamos a ir allá, los ojos se me iluminan como los de una niña en una dulcería. Algunas veces estaba, otras no. Me imagino que debe ser complicado trabajar en el día y parte de la noche también.
En fin, este ultimo diciembre que pasó, mi novio me pidió que le ayudara en su negocio debido a que había mucho trabajo y a veces no había quien le echara una mano. Yo acepté para ayudarle un poco, hasta que supe donde era el local de Gabriel en el centro comercial. Varias veces me lo topé. Entre las cosas que hacia cuando le ayudaba a mi pareja, era cobrar dinero que los demás locales debían por alguna cosa que mi novio les vendía o arreglaba y no era pagada en el momento. Se cobraba al final del día. En varias ocasiones tuve que ir donde Gabriel, tratando de ser lo más natural posible, ya que alrededor había muchos ojos posados sobre nosotros. En especial en mí, ya que mi novio es muy conocido en el centro comercial y por ende también yo, que soy su novia ya muchos me distinguen y me relacionan con él, sentía un no sé que, en un no sé donde, cada vez que sus mirada se cruzaba con la mía. Es como si el mundo se detuviera en ese instante. Hasta ahora es un misterio para mi si alguien sospecha o sospechó de mi actitud frente a Gabriel.
El único chance que tuve de hablar con él sin la mirada inquisidora de nadie, y sin los oídos de los demás escuchando mis palabras hacia él fue un día que agregue su pin del celular en el mío. Lo saqué del teléfono de mi pareja hace varios meses esperando el momento oportuno para agregarlo y poder conversar “a solas”. Pero cuando lo hice- eso sí, después de meditarlo mucho- me invadió mucho temor, como por ejemplo: “¿Y ahora qué digo?, ¿me aceptara como contacto? Mierda, mierda”, pensaba.
Hasta que con la excusa de un partido de fútbol que se jugaría el fin de semana, me atreví a preguntarle si lo transmitirían en su bar, porque quería ir con unas amigas (vaya mentira porque casi no tengo amigas). Su respuesta no se hizo esperar y me dijo que sí y con mucho gusto nos atendería.
Ahí se quedo la dichosa conversación y me pudo la cobardía y el miedo de ser descubierta por mi novio o, peor aún, que Gabriel le mostrara a mi pareja lo que yo le escribía por miedo de quedar mal. Es mas, no sé si a estas alturas se lo habrá dicho. Mi novio es muy poco comunicativo y casi no entra en detalles de nada y nuestra relación de 5 años cada vez se vuelve más monótona y aburrida y con muchos vacios que no entrare en pormenores ahora porque eso ya es otra situación. Tal vez debido a eso yo busqué soñar con otro hombre. Tal vez por eso me gusta tanto Gabriel que aunque no lo conozca muy bien, sé que tiene una energía muy especial, ya que eso si lo he sentido. Y yo, que pensaba que estas cosas solo pasaban en la adolescencia, ahora me doy cuenta que todo cambia. Año tras año uno madura mas, adquiere experiencia, se vuelve independiente, pero nunca, nunca se deja de soñar, especialmente cuando de repente me acuerdo de Gabriel y se me escapa una sonrisa como una niña traviesa. La verdad no sé si solo sea un amor platónico, un sueño o que simplemente idealicé a Gabriel. Estoy completamente segura que él no sabe nada y no se algún día tenga valor para poder decirle que me gusta mucho, que daría lo que fuera tan solo por un beso suyo y que ha despertado en mí sensaciones que pensé nunca más volver a sentir, que inventé un mundo solo para los dos donde nadie puede vernos ni escucharnos.
Si existen otras vidas, o reencarnaciones, quizás en una vida anterior nos conocimos y nos amamos, y por eso siento esa energía de parte suya o, si no, en una próxima vida nos encontraremos de nuevo. Ojalá las condiciones sean otras y nuestras vidas se pudieran unir. Mientras tanto tendré que conformarme con verlo y guardar celosamente este secreto.
TÍMIDAS MUESTRAS DE AMOR
TÍMIDAS MUESTRAS DE AMOR
Hola. No sé como comenzar mi historia, pero lo intentaré; ya que pienso que es algo que nos pasa a muchos.
Hay un chico en mi secundaria que se llama Eduardo. Él es uno de los más apuestos (para mí, claramente). Yo entré a la secundaria en segundo grado; era “la nueva”. El primer día que entré los maestros me recibieron muy calurosamente, les dijeron a mis compañeros que me hicieran cartas de bienvenida. Leí todas las cartas el mismo día; pero por alguna razón se me perdieron. La única que conservé (o que no se perdió) fue la de Eduardo. Él escribió lo siguiente:
“Welcome. Espero que te guste esta escuela y que nos hagamos buenos amigos. Eres una niña muy callada pero muy linda. Espero salir un día a platicar con los compañeros”.
Al principio todos decían que yo le gustaba, pero como yo no lo conocía no me llamó la atención.
Cuando pasamos a tercer grado las cosas empezaron a cambiar. Él y yo éramos buenos amigos, salíamos al cine y al parque.
Una vez saliendo del cine tomamos un camión para llegar a nuestras casas. En el camión nos encontrábamos: yo, él, Mariel y Rubén (otros amigos).
Yo iba sentada junto a la ventanilla, Mariel a mi lado, de ahí Eduardo y al final Rubén.
Eduardo dijo que quería mostrarme algo, entonces cambié lugar con Mariel y terminé sentada junto a él. Entonces, él me mostró una canción “Bolero para una virgen”. Cuando llegué a mi casa no podía parar de sonreír. Pues jamás me había pasado eso. Así transcurrieron los días, nos veíamos en la escuela, pero no comentábamos nada.
Pasó el tiempo y a mí me empezó a gustar. Él comenzó a hacerme mezclas de música romántica y chateábamos por Facebook todo el tiempo; hasta que empezó a hacer comentarios de que yo era muy hermosa.
En la escuela hay una chica “Fátima” que desde primer grado se ha preocupado porque Eduardo la note (o eso dicen todos mis compañeros).
Fátima se llevaba mucho conmigo, hasta que se enteró de que entre Eduardo y yo pasaba algo.
Ella dejó de hablarme y se empezó a portar muy grosera e hipócrita conmigo.
Soy una chica que se considera bonita, también soy alta (más que la mayoría) y creo que soy una persona agradable. Fátima me molestaba por mi altura, me decía “pívot” o “jirafa” y eso comenzó a molestarme. Un día hice un comentario de que ella era un burro (ya que no sabía nada). Ella estaba sentada y se molestó por el comentario. Esperó a que el profesor terminara de dar su clase, se levantó de su asiento y me jaló el pelo. Yo me levanté y la jalé también. Terminamos en la dirección sin saber cuál era el motivo de que Fátima me odiara tanto. Terminé en la conclusión de que Fátima estaba molesta por el hecho de que Eduardo no la quisiera y me escogiera a mi.
Eduardo se percató de lo sucedido y estaba muy preocupado (según mis amigas). Él mandó a mis amigas a preguntar por mí, ya que Eduardo es un poco tímido.
Cuando salí de la dirección él estaba observándome y haciendo gestos de que estaba molesto. Cuando terminaron las clases llegué a mi casa y me metí al Facebook. Él estaba conectado y me preguntó que cómo estaba mi mano, pues estaba tan enojada de lo sucedido y por controlarme golpeé la pared y me lastimé la mano. Le respondí que seguía hinchada pero ya mejor.
Le pregunté que como estaba y el me dijo que bien. Le volví a preguntar y me respondió lo mismo. Luego me preguntó que si yo por un momento había pensado que él me iba a dejar de hablar, y respondí que no. Él me dijo que había hecho bien, que sería lo último que haría.
Esto reforzó mis ganas de expresarle lo que sentía, de abrazarlo y besarlo. Pero como también soy una chica tímida no lo hice.
Él me preguntó un día que si quería ser su novia, y le dije que sí; pero que quería que se hiciera más formal la cosa y que me lo dijera de frente.
Hasta ahora no lo ha hecho, pero en Facebook publica: “me quedé con las ganas…♥”
No sé si algún día lo hará, pero por ahora sigo esperando.
Hola. No sé como comenzar mi historia, pero lo intentaré; ya que pienso que es algo que nos pasa a muchos.
Hay un chico en mi secundaria que se llama Eduardo. Él es uno de los más apuestos (para mí, claramente). Yo entré a la secundaria en segundo grado; era “la nueva”. El primer día que entré los maestros me recibieron muy calurosamente, les dijeron a mis compañeros que me hicieran cartas de bienvenida. Leí todas las cartas el mismo día; pero por alguna razón se me perdieron. La única que conservé (o que no se perdió) fue la de Eduardo. Él escribió lo siguiente:
“Welcome. Espero que te guste esta escuela y que nos hagamos buenos amigos. Eres una niña muy callada pero muy linda. Espero salir un día a platicar con los compañeros”.
Al principio todos decían que yo le gustaba, pero como yo no lo conocía no me llamó la atención.
Cuando pasamos a tercer grado las cosas empezaron a cambiar. Él y yo éramos buenos amigos, salíamos al cine y al parque.
Una vez saliendo del cine tomamos un camión para llegar a nuestras casas. En el camión nos encontrábamos: yo, él, Mariel y Rubén (otros amigos).
Yo iba sentada junto a la ventanilla, Mariel a mi lado, de ahí Eduardo y al final Rubén.
Eduardo dijo que quería mostrarme algo, entonces cambié lugar con Mariel y terminé sentada junto a él. Entonces, él me mostró una canción “Bolero para una virgen”. Cuando llegué a mi casa no podía parar de sonreír. Pues jamás me había pasado eso. Así transcurrieron los días, nos veíamos en la escuela, pero no comentábamos nada.
Pasó el tiempo y a mí me empezó a gustar. Él comenzó a hacerme mezclas de música romántica y chateábamos por Facebook todo el tiempo; hasta que empezó a hacer comentarios de que yo era muy hermosa.
En la escuela hay una chica “Fátima” que desde primer grado se ha preocupado porque Eduardo la note (o eso dicen todos mis compañeros).
Fátima se llevaba mucho conmigo, hasta que se enteró de que entre Eduardo y yo pasaba algo.
Ella dejó de hablarme y se empezó a portar muy grosera e hipócrita conmigo.
Soy una chica que se considera bonita, también soy alta (más que la mayoría) y creo que soy una persona agradable. Fátima me molestaba por mi altura, me decía “pívot” o “jirafa” y eso comenzó a molestarme. Un día hice un comentario de que ella era un burro (ya que no sabía nada). Ella estaba sentada y se molestó por el comentario. Esperó a que el profesor terminara de dar su clase, se levantó de su asiento y me jaló el pelo. Yo me levanté y la jalé también. Terminamos en la dirección sin saber cuál era el motivo de que Fátima me odiara tanto. Terminé en la conclusión de que Fátima estaba molesta por el hecho de que Eduardo no la quisiera y me escogiera a mi.
Eduardo se percató de lo sucedido y estaba muy preocupado (según mis amigas). Él mandó a mis amigas a preguntar por mí, ya que Eduardo es un poco tímido.
Cuando salí de la dirección él estaba observándome y haciendo gestos de que estaba molesto. Cuando terminaron las clases llegué a mi casa y me metí al Facebook. Él estaba conectado y me preguntó que cómo estaba mi mano, pues estaba tan enojada de lo sucedido y por controlarme golpeé la pared y me lastimé la mano. Le respondí que seguía hinchada pero ya mejor.
Le pregunté que como estaba y el me dijo que bien. Le volví a preguntar y me respondió lo mismo. Luego me preguntó que si yo por un momento había pensado que él me iba a dejar de hablar, y respondí que no. Él me dijo que había hecho bien, que sería lo último que haría.
Esto reforzó mis ganas de expresarle lo que sentía, de abrazarlo y besarlo. Pero como también soy una chica tímida no lo hice.
Él me preguntó un día que si quería ser su novia, y le dije que sí; pero que quería que se hiciera más formal la cosa y que me lo dijera de frente.
Hasta ahora no lo ha hecho, pero en Facebook publica: “me quedé con las ganas…♥”
No sé si algún día lo hará, pero por ahora sigo esperando.
CUMPLÍ UN SUEÑO Y LUEGO CAÍ EN LA REALIDAD
CUMPLÍ UN SUEÑO Y LUEGO CAÍ EN LA REALIDAD
Mi historia empieza el año pasado. Mirando videos en YouTube encontré a un chico que cantaba muy bien y él era hermoso. Entonces le envié un comentario diciéndole que me había gustado como cantaba y luego recibí su respuesta. Él me decía que se alegraba que me hubiera gustado. Le pedí su Facebook.
Luego empezamos a chatear un poco seguido. Normalmente yo le escribía primero. Hicimos videollamada , nos divertimos un rato. El era de otro país. Me contó que aveces venia por Buenos Aires. Le dije que me avisara cuando viniera, así podíamos vernos. Realmente el chico me gustaba y tenia el deseo de algún día verlo.
A veces yo le hablaba en el chat y la comunicación era más cortante, distante. Fueron varias veces, así que decidí dejar de chatear con él . Él se puso de novio y yo perdí cualquier esperanza de verlo.
algún día. Empezó a tener muchísimos más seguidores, visitas en sus videos de YouTube. Muchos comentarios buenos, él empezaba a tener más éxito. Entonces me hice la idea de que jamás lo iba a conocer.
Luego de un par de meses, yo en Facebook como de costumbre, chateando con amigos, me escribe y me dice así: “El viernes voy a Buenos Aires :D”. Yo, sin todavía responder, me puse tan feliz y obviamente le dije de vernos. Esa semana hablamos por celular y nos comunicábamos mucho.
Llegó el día. Traté de ponerme lo más linda posible. Fui al centro comercial donde nos íbamos a encontrar un rato antes porque tenia una reunión con unos amigos. Cuando me manda un mensaje diciéndome: “Ya estoy acá”. Respondí diciéndole que ya estaba bajando por las escaleras.
Lo vi. Yo estaba un poco nerviosa y muy emocionada, él solo sonreía. Paseamos un largo rato , hablando de cualquier cosa. Él era tan perfecto, físicamente muy hermoso. Eso me atraía más.
Salimos del centro comercial. Él ya tenia que irse como en 30 minutos y yo no quería que se fuera. Nos miramos mucho jugando él que se reía perdía. Generalmente, yo perdía. Seguimos jugando y de repente se me acerca muchísimo, yo lo mismo y nos besamos. Luego de eso. un par de veces más. Fue muy lindo, inexplicable, parecía que me había enamorado de él tan solo de verlo sonreír.
Llega la hora , y mi tristeza inexplicable. Me acompañó hasta la puerta principal, me besó por ultima vez y me fui muy feliz y triste. Mientras viajaba a mi casa tenia una sonrisa en mi rostro que no podía cambiar. Sentía que volaba.
Así fueron varios días hasta que comenzaba a caer en la realidad de que se fue y si yo me había enamorado, él no sentía lo mismo. Era imposible. Él vivía cruzando un río y varias horas de viaje hasta la capital de su país.
Hoy en día seguimos hablando muy poco. Me dice que va a volver no sabe cuando, pero cuando vuelve nos volveremos a ver. Y yo tan tonta creo que lo esperaré. Hasta no saciar mi sed de él no voy a poder curar lo tanto que lo extraño y tanto que sigo recordando cada cosa de ese día todo el tiempo.
Por eso es mi amor platónico. Fue un sueño cumplido haberlo conocido. Y sé que nunca podré estar con él.
Mi historia empieza el año pasado. Mirando videos en YouTube encontré a un chico que cantaba muy bien y él era hermoso. Entonces le envié un comentario diciéndole que me había gustado como cantaba y luego recibí su respuesta. Él me decía que se alegraba que me hubiera gustado. Le pedí su Facebook.
Luego empezamos a chatear un poco seguido. Normalmente yo le escribía primero. Hicimos videollamada , nos divertimos un rato. El era de otro país. Me contó que aveces venia por Buenos Aires. Le dije que me avisara cuando viniera, así podíamos vernos. Realmente el chico me gustaba y tenia el deseo de algún día verlo.
A veces yo le hablaba en el chat y la comunicación era más cortante, distante. Fueron varias veces, así que decidí dejar de chatear con él . Él se puso de novio y yo perdí cualquier esperanza de verlo.
algún día. Empezó a tener muchísimos más seguidores, visitas en sus videos de YouTube. Muchos comentarios buenos, él empezaba a tener más éxito. Entonces me hice la idea de que jamás lo iba a conocer.
Luego de un par de meses, yo en Facebook como de costumbre, chateando con amigos, me escribe y me dice así: “El viernes voy a Buenos Aires :D”. Yo, sin todavía responder, me puse tan feliz y obviamente le dije de vernos. Esa semana hablamos por celular y nos comunicábamos mucho.
Llegó el día. Traté de ponerme lo más linda posible. Fui al centro comercial donde nos íbamos a encontrar un rato antes porque tenia una reunión con unos amigos. Cuando me manda un mensaje diciéndome: “Ya estoy acá”. Respondí diciéndole que ya estaba bajando por las escaleras.
Lo vi. Yo estaba un poco nerviosa y muy emocionada, él solo sonreía. Paseamos un largo rato , hablando de cualquier cosa. Él era tan perfecto, físicamente muy hermoso. Eso me atraía más.
Salimos del centro comercial. Él ya tenia que irse como en 30 minutos y yo no quería que se fuera. Nos miramos mucho jugando él que se reía perdía. Generalmente, yo perdía. Seguimos jugando y de repente se me acerca muchísimo, yo lo mismo y nos besamos. Luego de eso. un par de veces más. Fue muy lindo, inexplicable, parecía que me había enamorado de él tan solo de verlo sonreír.
Llega la hora , y mi tristeza inexplicable. Me acompañó hasta la puerta principal, me besó por ultima vez y me fui muy feliz y triste. Mientras viajaba a mi casa tenia una sonrisa en mi rostro que no podía cambiar. Sentía que volaba.
Así fueron varios días hasta que comenzaba a caer en la realidad de que se fue y si yo me había enamorado, él no sentía lo mismo. Era imposible. Él vivía cruzando un río y varias horas de viaje hasta la capital de su país.
Hoy en día seguimos hablando muy poco. Me dice que va a volver no sabe cuando, pero cuando vuelve nos volveremos a ver. Y yo tan tonta creo que lo esperaré. Hasta no saciar mi sed de él no voy a poder curar lo tanto que lo extraño y tanto que sigo recordando cada cosa de ese día todo el tiempo.
Por eso es mi amor platónico. Fue un sueño cumplido haberlo conocido. Y sé que nunca podré estar con él.
¿ES POSIBLE UN AMOR A DISTANCIA? PUEDE SER EL AMOR DE TU VIDA
¿ES POSIBLE UN AMOR A DISTANCIA? PUEDE SER EL AMOR DE TU VIDA
Me siento orgulloso de poder contaros mi historia, porque el amor ha traspasado las fronteras de nuestra ciudad y también de nuestro país. Sé que hay gente que esto le puede parecer una tontería, pero con nuestra historia solo quiero animar a dar ese paso a las personas que ya lo están viviendo en sus carnes y a decirles que se puede y que sólo tienen que entregar su corazón y apostar por su relación.
Para mí, mi vida cambió por completo en mayo del 2010. Yo era soltero, salía de una relación de muchos años y la verdad que dentro de mi solo quería darme un tiempo prolongado para asentar mi cabeza y estabilizarme económicamente y emocionalmente. Pero un día, me sentía muy triste y necesitaba hablar con alguien. No con alguien conocido, sino con alguien que no conociera de nada y poder hablar abiertamente.
Nunca había entrado a un chat ni había tenido curiosidad. Al final me decidí, estaba dispuesto esa noche ha hacerlo. Y aunque me costó un poco aclararme con la tecnología del chat, lo conseguí. Al segundo día, de repente me habló una joven mexicana. Se supone que era un chat entre españoles, pero bueno, mi idea era simplemente hablar.
Fue hablar, pero aparte de eso, entre nosotros se estableció una feeling especial. Ese mismo día le di mi messenger, por si me quería agregar, para hablar tranquilamente en cualquier momento y poder seguir platicando como amigos. La verdad que yo no buscaba nada mas allá de una amistad, pero el amor no llega cuando uno quiere.
A partir del primer día ya raro el día que no hemos hablado. El segundo día, hasta ocho horas estuvimos hablando por el messenger. Y como media diaria de 3 a 5 horas. Por eso digo que cuando dos personas quieren, claro que se puede. Nosotros dos antepusimos nuestra relación por encima de todo y nuestro tiempo libre era para estar juntos, aunque en la distancia, ya que yo me encontraba en la otra punta, en España
Todo empezó como una amistad, pero día a día se iba convirtiendo en algo más. Verde me sentía tan feliz, estaba esperando cada día que llegara el momento de hablar virtualmente. Y no es que desde el primer día nos vimos. Todo fue de forma escalonada. Pronto empezamos abrir nuestros corazones y fuimos estrechando una gran amistad en la que nos contábamos todo.
A la semana que nos conocíamos virtualmente, empezamos a intercambiar alguna foto y fue la primera vez que la vi en persona. La verdad que la vi muy guapa, pero tengo que decir que la veía con mucho respeto y sin pretender otra cosa que no fuera una amistad. Pero poco a poco agarramos cariño entre nosotros y las palabras se fueron convirtiendo en palabras con un vocabulario diferente que ya sobrepasaba la amistad.
En este momento, los dos nos dio que pensar, ya estaba sobrepasando una linea y una frontera. Era hora de plantearse muchas cosas. No es igual que cuando puedes quedar con ella, la invitas al cine y puedes saber que se siente. Nosotros esto no lo podíamos hacer. Pero por más que pensara, o me dejaba llevar o frenábamos esto.
Me pare a reflexionar desde que la conocía como estaba pasando por dentro de mí y tengo que decir que nunca me había sentido tan feliz, nunca me había sentido tan vivo, tan alegre, mi cuerpo estaba lleno de vitalidad. Tenía ganas de comerme el mundo. Y decidí dejarme llevar por este amor tan grande que estaba entrando en mi vida. No pensaba dejar pasar esta oportunidad. Todos merecemos un amor de película y a todos se nos presenta, otra cosa que lo queramos ver.
Un día nos dimos nuestros números por cualquier cosa, para que si un día por lo que sea uno de los dos no pudieramos estar a la hora acordada avisarnos, ya que cada día íbamos quedando para el día siguiente. De repente me llamó al móvil y escuche la voz mas linda que jamás había escuchado. No tengo palabras para decir lo que sentí, pero cada cosa que nos pasaba iba llenando mi corazón, lo iba agrandando.
También empezamos a mandarnos mensajes a diario y se convirtió en mi forma de darle los buenos días a diario, con las palabras mas bonitas que se me ocurrían y deseando que hubiera tenido lindos sueños. Me tocaba estar pendiente de las horas para no liarme ya que son 7 horas de adelanto.
Después de un tiempo así, pero no mucho, yo ya sabía que el mes de julio tenía vacaciones y aun faltaba un mes, pero de repente estaba durmiendo y pensé que porque no ir a México a conocerla Mi corazón se lleno de felicidad solo de pensarlo lo que podía significar conocerla en persona, pero tenía que hablarle con ella. Le mande un mensaje antes de irme a dormir y que a las 4 de la mañana que habíamos quedado, en México iban a ser las 9 de la noche, le decía que mas tarde le tenía que decir algo. Ella se quedo pensando que me querrá decir, nunca se imaginaba que le iba a decir de ir a conocerla. Y yo la verdad ya no pude dormir. Al ratio me levante a mirar vuelos por Internet para hacerme idea que me podía costar.
Una vez vi que me podía permitir el viaje, ya me dormí esperando que llegará la hora para darnos la noticia. Le sorprendió mucho y le puso supercontenta. En ningún momento dudo de mí. No hay que fiarse al 100 por cien. Pero yo creo que cuando dos se conocen bien pueden confiar el uno del otro. Mi primera idea era vernos en Cancún, pero ella lo pensó mejor, y al final fue donde vive ella. Esto me permitió conocer a su familia e ir paso a paso. Yo encantado, porque cuando amas a alguien con todo tu corazón, no tienes prisas de nada porque sabes que tienes toda una vida por delante.
Al final en julio nos conocimos y nuestras vidas cambiaron para siempre. Ya nada fue igual. Si yo veía que era hermosa en fotos, ni punto de comparación en persona. Me quede anonadado.
Hoy justamente hace 2 años y 7 meses que nos conocimos por Internet, y felizmente ya llevamos 10 meses de casados.
Me siento privilegiado de poder contar esta historia. Todos mis amigos y familia ven a otro Vicent. Me dicen mucho que se nos ve muy felices y la verdad que es muy bonito.
Contaría muchas anécdotas mas pero no se puede mas. Doy gracias a Dios por haber cruzado nuestras vidas y a mi esposa por creer en nuestro amor y no tener miedo a nada.
Recordar que cuando una pareja vive en la distancia es muy importante la confianza, para que funcione y creer que se puede.
Me siento orgulloso de poder contaros mi historia, porque el amor ha traspasado las fronteras de nuestra ciudad y también de nuestro país. Sé que hay gente que esto le puede parecer una tontería, pero con nuestra historia solo quiero animar a dar ese paso a las personas que ya lo están viviendo en sus carnes y a decirles que se puede y que sólo tienen que entregar su corazón y apostar por su relación.
Para mí, mi vida cambió por completo en mayo del 2010. Yo era soltero, salía de una relación de muchos años y la verdad que dentro de mi solo quería darme un tiempo prolongado para asentar mi cabeza y estabilizarme económicamente y emocionalmente. Pero un día, me sentía muy triste y necesitaba hablar con alguien. No con alguien conocido, sino con alguien que no conociera de nada y poder hablar abiertamente.
Nunca había entrado a un chat ni había tenido curiosidad. Al final me decidí, estaba dispuesto esa noche ha hacerlo. Y aunque me costó un poco aclararme con la tecnología del chat, lo conseguí. Al segundo día, de repente me habló una joven mexicana. Se supone que era un chat entre españoles, pero bueno, mi idea era simplemente hablar.
Fue hablar, pero aparte de eso, entre nosotros se estableció una feeling especial. Ese mismo día le di mi messenger, por si me quería agregar, para hablar tranquilamente en cualquier momento y poder seguir platicando como amigos. La verdad que yo no buscaba nada mas allá de una amistad, pero el amor no llega cuando uno quiere.
A partir del primer día ya raro el día que no hemos hablado. El segundo día, hasta ocho horas estuvimos hablando por el messenger. Y como media diaria de 3 a 5 horas. Por eso digo que cuando dos personas quieren, claro que se puede. Nosotros dos antepusimos nuestra relación por encima de todo y nuestro tiempo libre era para estar juntos, aunque en la distancia, ya que yo me encontraba en la otra punta, en España
Todo empezó como una amistad, pero día a día se iba convirtiendo en algo más. Verde me sentía tan feliz, estaba esperando cada día que llegara el momento de hablar virtualmente. Y no es que desde el primer día nos vimos. Todo fue de forma escalonada. Pronto empezamos abrir nuestros corazones y fuimos estrechando una gran amistad en la que nos contábamos todo.
A la semana que nos conocíamos virtualmente, empezamos a intercambiar alguna foto y fue la primera vez que la vi en persona. La verdad que la vi muy guapa, pero tengo que decir que la veía con mucho respeto y sin pretender otra cosa que no fuera una amistad. Pero poco a poco agarramos cariño entre nosotros y las palabras se fueron convirtiendo en palabras con un vocabulario diferente que ya sobrepasaba la amistad.
En este momento, los dos nos dio que pensar, ya estaba sobrepasando una linea y una frontera. Era hora de plantearse muchas cosas. No es igual que cuando puedes quedar con ella, la invitas al cine y puedes saber que se siente. Nosotros esto no lo podíamos hacer. Pero por más que pensara, o me dejaba llevar o frenábamos esto.
Me pare a reflexionar desde que la conocía como estaba pasando por dentro de mí y tengo que decir que nunca me había sentido tan feliz, nunca me había sentido tan vivo, tan alegre, mi cuerpo estaba lleno de vitalidad. Tenía ganas de comerme el mundo. Y decidí dejarme llevar por este amor tan grande que estaba entrando en mi vida. No pensaba dejar pasar esta oportunidad. Todos merecemos un amor de película y a todos se nos presenta, otra cosa que lo queramos ver.
Un día nos dimos nuestros números por cualquier cosa, para que si un día por lo que sea uno de los dos no pudieramos estar a la hora acordada avisarnos, ya que cada día íbamos quedando para el día siguiente. De repente me llamó al móvil y escuche la voz mas linda que jamás había escuchado. No tengo palabras para decir lo que sentí, pero cada cosa que nos pasaba iba llenando mi corazón, lo iba agrandando.
También empezamos a mandarnos mensajes a diario y se convirtió en mi forma de darle los buenos días a diario, con las palabras mas bonitas que se me ocurrían y deseando que hubiera tenido lindos sueños. Me tocaba estar pendiente de las horas para no liarme ya que son 7 horas de adelanto.
Después de un tiempo así, pero no mucho, yo ya sabía que el mes de julio tenía vacaciones y aun faltaba un mes, pero de repente estaba durmiendo y pensé que porque no ir a México a conocerla Mi corazón se lleno de felicidad solo de pensarlo lo que podía significar conocerla en persona, pero tenía que hablarle con ella. Le mande un mensaje antes de irme a dormir y que a las 4 de la mañana que habíamos quedado, en México iban a ser las 9 de la noche, le decía que mas tarde le tenía que decir algo. Ella se quedo pensando que me querrá decir, nunca se imaginaba que le iba a decir de ir a conocerla. Y yo la verdad ya no pude dormir. Al ratio me levante a mirar vuelos por Internet para hacerme idea que me podía costar.
Una vez vi que me podía permitir el viaje, ya me dormí esperando que llegará la hora para darnos la noticia. Le sorprendió mucho y le puso supercontenta. En ningún momento dudo de mí. No hay que fiarse al 100 por cien. Pero yo creo que cuando dos se conocen bien pueden confiar el uno del otro. Mi primera idea era vernos en Cancún, pero ella lo pensó mejor, y al final fue donde vive ella. Esto me permitió conocer a su familia e ir paso a paso. Yo encantado, porque cuando amas a alguien con todo tu corazón, no tienes prisas de nada porque sabes que tienes toda una vida por delante.
Al final en julio nos conocimos y nuestras vidas cambiaron para siempre. Ya nada fue igual. Si yo veía que era hermosa en fotos, ni punto de comparación en persona. Me quede anonadado.
Hoy justamente hace 2 años y 7 meses que nos conocimos por Internet, y felizmente ya llevamos 10 meses de casados.
Me siento privilegiado de poder contar esta historia. Todos mis amigos y familia ven a otro Vicent. Me dicen mucho que se nos ve muy felices y la verdad que es muy bonito.
Contaría muchas anécdotas mas pero no se puede mas. Doy gracias a Dios por haber cruzado nuestras vidas y a mi esposa por creer en nuestro amor y no tener miedo a nada.
Recordar que cuando una pareja vive en la distancia es muy importante la confianza, para que funcione y creer que se puede.
ENCONTRÉ EL AMOR EN EL TRABAJO
ENCONTRÉ EL AMOR EN EL TRABAJO
Hace 3 años que ingresé como residente al hospital (R1 de Ortopedia y Traumatología). Recuerdo mi primer año, tenía tanto miedo de equivocarme, todo era nuevo y sabía que tenía muchísimas cosas por aprender, pero lo que nunca me imagine es que iba a enamorarme.
Nunca me había enamorado profundamente de nadie. Y para ser sincera, en mis años en la facultad de medicina solo pensaba en mis exámenes, y mis relaciones fracasaban porque no me dedicaba 100% a la pareja. Pero eso nunca fue algo que me preocupara.
Conocí mucha gente ese año, y entre ellos a Alex. Él era R4 por entonces. Me lo habré cruzado ese año un par de veces. Recuerdo cuando me ayudo con pacientes, cuando me explicó teoría de una cirugía (El traumatólogo opera mucho), cuando me consoló porque me desborde, lloré. Pero siempre como me trataba como una colega, ni siquiera como amiga. El ya tenía su grupo de amigos, de R4 obvio. Y también novia.
Al año siguiente, ya teníamos amigos en común. Y entonces, empezamos a hablar mas seguido, y nos hicimos muy amigos. Una noche, en una fiesta, sentí por primera vez que sentía algo por él, y fue porque me moría si él no asistía, y me morí de celos cuando bailaba con otras chicas. Ahí me dije: “Vane estas en problemas, Alex te mueve el piso”.
Me sentía una adolescente con mariposas en la panza, y odiaba eso. Intente averiguar por terceros que sentía por mi, pero solo me sentía peor, según él era linda, divertida, buena residente, etc. Pero intentar saber si le gustaba fue inútil.
Una noche estábamos estudiando en casa, y llame a un amigo. Use el plan celos. Acordado previamente con mi amigo empezamos a flirtear, delante de él. Y funcionó. Pero después llegue a la conclusión de que quizás solo le molestó porque estábamos estudiando. Decidí sacármelo de la cabeza, y dejar de comportarme con una niña.
Un día me espero a la salida de mi turno, en la calle frente al hospital y me dio una noticia fantástica: le habían asignado una cirugía muy difícil de rodilla. Y eso era muy bueno para su carrera. Me abrazó muy fuerte y luego, me miró fijo a los ojos muy cerca y me robo un beso. Fue nuestro primer beso, los dos vestidos con nuestros ambos azules. Yo sentí que tocaba el cielo.
Él me pidió perdón por el beso robado, dijo que quería terminar su gran día con broche de oro. Yo estaba paralizada, atiné a decir: “Guau”. Con cara de asombro. Al poco tiempo nos pusimos de novios y lo seguimos siendo hasta hoy.
Resulta que al principio cuando era R1 no le interesaba porque los R residentes mas adelantados, nos ven como los más tontitos digamos. Además el tenia novia. Pero luego cuando nos conocimos mejor, él empezó a quererme y a preguntar a mis ¨amigas¨ si tenia alguna chance, y ellas le dijeron que cero. Y por eso no se animaba a decirme nada. Bueno, a partir de eso sé diferenciar amigas de colegas envidiosas y mentirosas. Ellas sabían que me moría de amor.
En fin, lo importante es que mi relación es cada día más estable y ¡estamos pensando en casarnos el año que viene!
Hace 3 años que ingresé como residente al hospital (R1 de Ortopedia y Traumatología). Recuerdo mi primer año, tenía tanto miedo de equivocarme, todo era nuevo y sabía que tenía muchísimas cosas por aprender, pero lo que nunca me imagine es que iba a enamorarme.
Nunca me había enamorado profundamente de nadie. Y para ser sincera, en mis años en la facultad de medicina solo pensaba en mis exámenes, y mis relaciones fracasaban porque no me dedicaba 100% a la pareja. Pero eso nunca fue algo que me preocupara.
Conocí mucha gente ese año, y entre ellos a Alex. Él era R4 por entonces. Me lo habré cruzado ese año un par de veces. Recuerdo cuando me ayudo con pacientes, cuando me explicó teoría de una cirugía (El traumatólogo opera mucho), cuando me consoló porque me desborde, lloré. Pero siempre como me trataba como una colega, ni siquiera como amiga. El ya tenía su grupo de amigos, de R4 obvio. Y también novia.
Al año siguiente, ya teníamos amigos en común. Y entonces, empezamos a hablar mas seguido, y nos hicimos muy amigos. Una noche, en una fiesta, sentí por primera vez que sentía algo por él, y fue porque me moría si él no asistía, y me morí de celos cuando bailaba con otras chicas. Ahí me dije: “Vane estas en problemas, Alex te mueve el piso”.
Me sentía una adolescente con mariposas en la panza, y odiaba eso. Intente averiguar por terceros que sentía por mi, pero solo me sentía peor, según él era linda, divertida, buena residente, etc. Pero intentar saber si le gustaba fue inútil.
Una noche estábamos estudiando en casa, y llame a un amigo. Use el plan celos. Acordado previamente con mi amigo empezamos a flirtear, delante de él. Y funcionó. Pero después llegue a la conclusión de que quizás solo le molestó porque estábamos estudiando. Decidí sacármelo de la cabeza, y dejar de comportarme con una niña.
Un día me espero a la salida de mi turno, en la calle frente al hospital y me dio una noticia fantástica: le habían asignado una cirugía muy difícil de rodilla. Y eso era muy bueno para su carrera. Me abrazó muy fuerte y luego, me miró fijo a los ojos muy cerca y me robo un beso. Fue nuestro primer beso, los dos vestidos con nuestros ambos azules. Yo sentí que tocaba el cielo.
Él me pidió perdón por el beso robado, dijo que quería terminar su gran día con broche de oro. Yo estaba paralizada, atiné a decir: “Guau”. Con cara de asombro. Al poco tiempo nos pusimos de novios y lo seguimos siendo hasta hoy.
Resulta que al principio cuando era R1 no le interesaba porque los R residentes mas adelantados, nos ven como los más tontitos digamos. Además el tenia novia. Pero luego cuando nos conocimos mejor, él empezó a quererme y a preguntar a mis ¨amigas¨ si tenia alguna chance, y ellas le dijeron que cero. Y por eso no se animaba a decirme nada. Bueno, a partir de eso sé diferenciar amigas de colegas envidiosas y mentirosas. Ellas sabían que me moría de amor.
En fin, lo importante es que mi relación es cada día más estable y ¡estamos pensando en casarnos el año que viene!
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